Si hay una persona que en Europa y en general en Occidente cambió la visión de la muerte es una mujer: Elisabeth Kübler-Ross (1926 – 2004)

Bajo la influencia de las religiones monoteistas tanto cristiana como musulmana la muerte se concibió como un tabú, una tragedia que nos quitaba la vida terrenal pero nos regalaba el cielo o nos condenaba al infierno.

El arte y la literatura de casi dos milenios ha estado caracterizado por esta visión dual. En la literatura, obras como La Divina Comedia (escrita entre 1304 y 1321) de Dante Alghieri (1265-1321) lo deja claro y alguna pintura del primer cuarto de siglo XVI sobre el infierno.

Y esta visión se ha mantenido hasta mediados del siglo XX como la atestiguan las ceremonias funerarias tradicionales y para no cansar

Lo ilustra muy bien la película de Ingmar Bergman, El séptimo sello (1956). En definitiva, que hasta hace poco, en Occidente, la muerte ha estado teñida de visión trágica o celestial sin más.

Imágenes de una mujer extraordinaria, Elisabeth Kübler-Ross.
Kübler-Ross: un legado de muerte

Elisabeth Kübler-Ross cambió la forma en que Occidente observaba la muerte. Esta psiquiatra-médico suiza-norteamericana se adentró en el mundo de los moribundos desde una aproximación humanista y científica con el objetivo de dar sentido a esta etapa de la vida humana.

Kübler-Ross enseñó a Occidente a morir bien. En su primer libro, Sobre la muerte y los moribundos (publicado por primera vez en 1969), describió las cinco etapas que creía que experimentaban quienes se acercaban a la muerte: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.

También revolucionó la visión sobre la muerte al tipificarla como etapa normal de la vida y ofreció estrategias para tratar a los pacientes y sus familias afectadas por la pérdida de un ser querido.

Gracias a ella el tema de la muerte empezó a ser tratado por parte del estamento médico y sus libros pronto se convirtieron en un estándar para profesionales que trabajan con pacientes terminales.


El duelo en la práctica

Es cierto que sus investigaciones sobre las experiencias cercanas a la muerte hizo que le salieran detractores, pero hoy nadie puede negar que estas experiencias son reales para quienes viven este tipo de "muerte en vida".

Otra cosa es la interpretación científica que se les quiera dar, pero hay algo común  y es que en casi todos los casos de las personas que las han vivido, han cambiado el modo de vivir.

Elisabeth Kübler-Ross marcó pues un antes y un después en la ayuda a los familiares de los enfermos para que estos pudieran gestionar la pérdida de sus seres queridos, a saber cómo enfrentarse a la muerte sobretodo en cómo apoyar a la persona que agoniza. Quién la inspiró en lo que se vendría a llamar tanatología fue una mujer de color de la limpieza.


Sobre los moribundos

Kübler-Ross se dio cuenta del efecto que tenía por muchos de sus pacientes más graves y por un acto casi simple como ella lo relataba «Verá doctora, la muerte es una vieja conocida, tan solo me acerco a ellos, les toco la mano y les digo: no es tan terrible». De aquella observación nació su estudio sobre los moribundos y las famosas fases que estableció.

Elisabeth Kübler-Ross ya se había ganado el prestigio como profesional de la medicina dando un nueve enfoque a la atención médica de la muerte. Pero entonces fue más allá y a ella debemos su interés por las experiencias cercanas a la muerte (ECM). Otros las estudiaron igualmente, pero ella le dio una visión más humanista.

La muerte con dignidad
Portadas de algunos de los libros publicados en castellano de Elisabeth Kübler-Ross.

En su libro La muerte un amanecer documentó que esto que nos parece un final es un pasaje hacia otra forma de vida y que la experiencia de la muerte es casi idéntica a la del nacimiento, puesto que se trata del inicio de otra existencia.

La muerte debe ser digna porqué es el paso a un nuevo estado de conciencia en el que se continúa experimentando, viendo y oyendo, comprendiendo y riendo, y en el que se tiene la posibilidad de continuar el crecimiento espiritual.

Gracias a ella sabemos que una luz brilla al final, y que a medida que nos aproximamos a esa luz, más blanca, de una claridad absoluta, nos sentimos llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que podamos imaginar.

Sus percepciones volcadas en este libro fueron duramente criticadas, peor hoy otras investigaciones sobre las ECM, como las del Dr. Pim Van Lommel, que confirman sus tesis.


Marcó tendencias

En definitiva, el nombre de esta mujer es una referencia en la tanatología o estudio de la muerte en todas sus vertientes.

La visión de un funeral natural no sería posible sin la desmitificación que provocaron los estudios de esta excepcional mujer.

Tampoco lo serían los cuidados paliativos entendidos como la asistencia para una muerte digna y la atención de los moribundos.

Los trabajos de Kübler-Ross han sido esenciales para perder el miedo a la muerte e imaginar que se trata de una despedida y por tanto afrontar de la mejor manera el duelo por la pérdida.

Uno podrá estar más o menos de acuerdo con los planteamientos de Elisabeth Kübler-Ross en cada una de sus obras, pero es innegable que gracias a ella podemos leer sobre el tema sin imaginar las terribles consecuencias del "morir" de antaño.


Consecuencias de un legado

Un funeral natural es pues la consecuencia de haber podido indagar en el significado de la muerte y para ello las experiencias de los moribundos y su aproximación a la muerte ha sido fundamental.

Lo importante no es sólo de vivir el presente con toda la intensidad posible, sino también de, sin obsesionarse, como en todo de esta vida, saber que la muerte se dará y por tanto vale la pena tenerlo previsto.

Al fin y al cabo, la muerte es tan vital como el nacer y, por tanto, algo que celebrar. Sea como sea la misma, en nuestra vida acumulamos una experiencia que aunque a menudo la apreciamos trágica, en realidad sabemos que esta nos aporta un aprendizaje consciencial.

Así lo atestiguan múltiples expertos y está reflejado también en la ficción como en la película Cinco personas que conocerás en el cielo.

Su obra

Elisabeth Kübler-Ross (8 de Julio 1926 – 24 Agosto 2004) fue una psiquiatra estadounidense nacida en Suiza, pionera en el concepto de proporcionar asesoramiento psicológico a los moribundos.

Todas sus obras están disponibles en castellano reeditadas por la Editorial Luciérnaga con motivo del décimo aniversario de su muerte (2014). Escribió más de 20 libros, y el último póstumo Sobre el duelo y el dolor (On Grief And Grieving) se publicó en 2005.

La apasionante vida de esta mujer está recogida en un libro-CD, Elisabeth Kübler-Ross, una Mirada de Amor (DVD). Testimonio de una vida y una enseñanza que incluye un documental realizado por Stefan Haupt (disponible en Youtube) que detalla la trayectoria vital y la labor de esta extraordinaria mujer.

Bajo su tutela se crearon fundaciones y movimientos ciudadanos que reclamaban el derecho a una muerte digna. La psiquiatra destacó además por su carácter fuerte y aguerrido, protagonizando algunas polémicas y discusiones en torno a sus iniciativas asistenciales.

No perteneció a ninguna religión pero en su autobiografía apela a un Dios amoroso y al valor enriquecedor del sufrimiento.


In memoriam

En su último libro Sobre el duelo y el dolor (2005)  Kübler-Ross escribe en sus últimas páginas: “Sé que la muerte está cerca, pero aún no llega. Me encuentro aquí sentada como otras muchas personas se han encontrado a lo largo de la historia, en una cama rodeada de flores y mirando a través de una gran ventanal. El sentido de la vida no consiste solamente en conocer las cinco fases. No se trata solamente de la vida que se pierde, sino de la vida que se ha vivido. Escribir este libro me ha proporcionado la manera de continuar sintiéndome útil en mi vida, a pesar de que se esté acabando”.

Era casi un epitafio de una vida dedicada a una mejor comprensión de la muerte.

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