La humusación sería la traducción de un neologismo en francés, la ”humusation” que podríamos definir como la metamorfosis de un difunto durante un período de doce meses tras el cual este se convierte en humus sano y fértil.
Se trata de un proceso funerario alternativo que promueve la Fondation MÉTAMORPHOSE desde Bélgica como nuevo método de tratamiento post mortem.
Un nuevo método que podríamos enclavar en la visión más profunda de la ecología vivencial ya que el ser humano se pudre para crear nueva vida en un espacio natural habilitado para esta finalidad.
La Fondation MÉTAMORPHOSE dispone de un libro sobre el tema y a su vez una página de apoyo que desde su creación suma más de 30.000 interesados. A finales de 2024 se estrenó un documental que ilustra el proceso titulado Compóstame.
La humusación es por tanto un proceso que emplea el compostaje y la permacultura. Esta técnica facilita que el cuerpo del difunto se descomponga sin emitir malos olores a escasa profundidad gracias a la función de biofiltro que realiza el compost con el que se cubre el cadáver.
En términos precisos no es una técnica de compostaje puesto que no se airea que es la característica del proceso de compostaje. Gracias al contacto de la capa de compost que lo cubre se facilita la eliminación de productos tóxicos así como la total incorporación de los restos orgánicos sin vida en suelo de gran fertilidad.
Lógicamente un difunto que se proponga para la humusación no puede haber sido tratado con ninguna técnica de tanatopraxia.
Para la capa de compost se utiliza un promedio de un metro cúbico de materiales de origen vegetal, especialmente de restos de poda recién cortados y triturados de ramas de arbustos o árboles y todo en condiciones aeróbicas.
Uno de los objetivos de esta fundación, a parte de promover este nuevo método de inhumación es crear lo que denominan "Jardín-Bosque de la Metamorfosis" (terreno completamente reservado solo para la realización de la Humusación y que sus promotores pretenden crear en un espacio arbolado memorial).
Para cada proceso se humusación se precisará una superficie de seis metros cuadrados para el período de un año, puesto que después sólo quedará el humus.
En este jardín memorial, los restos mortales se colocarán en un lecho blando de 20 mm de grosor, hecho de una mezcla de madera triturado y carbón molido, fuertemente impregnado con agua de lluvia que contenga un acelerador de descomposición.
Posteriormente, durante el proceso se seguirá necesitando una capa de material ya compostado para mejorar la descomposición del cuerpo del difunto.
Una pila de fertilidad
La pila en la cual se “sumerge” el difunto será convertirla en una especie de "monumento vivo" cubierto con una capa de paja, hojas muertas trituradas, posiblemente mezcladas con el corte de hierba seca. Este abrigo es necesario para mantener la tierra vegetal caliente.
En esta pila en proceso se colocará una estela de madera o piedra tallada con el nombre, fecha de nacimiento y fecha de muerte del difunto para que durante el año que dura el proceso la familia y los amigos tengan donde reunirse con los restos mortales de su familiar.
Después de aproximadamente tres meses de maduración, cuando este "monumento funerario" haya disminuido suficiente en volumen, la carne ya habrá sido digerida por miles de microorganismos y bacterias del suelo.
Es así como una parte se habrá convertido en humus vegetal después que las proteínas de la carne se hayan asociado químicamente con los polímeros naturales de la celulosa de los materiales vegetales. Es así como cuerpo difunto deviene asimilable al humus de la tierra.
Sus promotores argumentan la humusación como un proceso de simbiosis entre la microfauna del suelo y la microflora intestinal del cadáver y combinar sus fuerzas para devolverlos a la tierra convirtiendo la materia orgánica animal en compost.
Desde un punto de vista técnico la humusación no airea el cadáver y por tanto es una putrefacción. Sin embargo, está envuelto por compost madurado que actúa de biofiltro y por eso según sus promotores no emite casi olores.
Al final del proceso, entonces los técnicos del Jardín de la Metamorfosis removerán los restos para poder quitar las prótesis metálicas y (o) materiales no biodegradables para reducir la contaminación del suelo.
Luego, podrán pulverizar fácilmente los huesos ricos en fósforo y calcio para mezclarlos nuevamente en la pila y proseguir con el proceso de compostaje.
Pasados los doce meses los familiares, si lo desean, podrán recuperar una muestra de este "súper compost" que olerá tan sólo a suelo silvestre.
Este sustrato se podrá utilizar para plantar un árbol simbólicamente o celebrar el rito de la reintegración plena y correcta de los restos mortales humudificados en el ciclo de la vida.
Sus promotores aseguran que un cadáver humano aporta alrededor de 1,5 m³ de "súper compost" que podrá ser utilizado para regenerar los suelos más agotados por la explotación humana.
La otra razón de promoción de este método tiene que ver con el compromiso de compensar la huella ecológica de todo ser humano tras fallecer.
Sus promotores argumentan que teniendo en cuenta que la vida promedio de un europeo es de 76 años, la huella ecológica promedio de nuestras vidas es de aproximadamente 1.000 toneladas de CO2. Para ello se precisa compensar este CO2 y que para obtenerlo son necesarios unos nueve mil árboles adultos.
El proyecto impulsa plantar árboles a través de una ONG. Se estima que el coste de esta compensación plantando la cantidad de árboles antes mencionada, sería de unos 2.250 euros, es decir, el precio de reponer el CO2 consumido a lo largo de nuestra vida.
El Gobierno Valón (Bélgica) parece muy interesado en promover este proceso que no consume productos químicos ni energía y que permite reutilizar subproductos de la agricultura y la silvicultura.
Para ello se destinaron recursos para que la Universidad Católica de Lovaina (UCL) emitiera un informe. Se encargó al departamento de bioingeniería de la UCL, el profesor Philppe Baret de dicha universidad afirmaba que "en tanto que técnica de compostaje humano la humusación no funciona".
Sin embargo, en 2023, a través del centro de investigación Asbl Agra Ost se realizaron diversas pruebas con animales que mostraron que el proceso de humusación funcionaba. En junio 2024 las pruebas realizadas con cerdos fueron intervenidas por orden judicial según la prensa local.
La Fondation MÉTAMORPHOSE sigue impulsando la recogida de adhesiones a favor de que se legalice este nuevo método para el tratamiento mortuorio. A finales de 2024 también interpelaron al Parlamento Valón para obtener autorización de sitios de humusación para animales de compañía. Esta fue rechazada.
En Francia se ha legalizado la Asociación Humusation France que da apoyo a la propuesta belga e intenta presionar al gobierno francés para que legalice el método. Entre otras, a principios de 2023, la vice-presidenta MoDem de l'Assemblée nationale, Élodie Jacquier-Laforge, entró una petición de ley en la Asamblea Nacional francesa en 2023 para poder experimentar con la humusación.
En la comisión de l’Assemblée nationale para analizar la humusación celebrada el 7 de noviembre 2023, el debate se centró en los aspectos legales y no dio pié a la necesidad socioambiental de nuevos métodos de tratamiento post mortem.
La propuesta de la humusación no tiene nada que ver con el compostaje humano legalizado en Estados Unidos donde ya hay diferentes empresas que lo ofrecen.
Tampoco tiene nada que ver con el proceso en pruebas de compostaje humano en contenedor autorizadas en un estado de Alemania.