La "recomposición" o compostaje de cadáveres humanos también denominada natural organic reduction es un proceso de compostaje promovido por la empresa Recompose en los Estados Unidos. Esta empresa consiguió que el compostaje humano fuera considerado como de tratamiento post mortem. El Estado de Washington fue el primero en legalizar este método fúnebre en 2019.
El compostaje humano como tratamiento fúnebre es un proceso biológico acelerado que reduce los restos humanos en humus o tierra vegetal, y cuyo producto resultante puede ser útil para fertilizar el suelo.
El 19 de abril 2019, el senador Jamie Pedersen (D), obtuvo la aprobación del proyecto de ley que daba la posibilidad de legalizar nuevos métodos de tratamientos del cuerpo difunto.
Las prácticas de entierro son en gran parte asuntos de las leyes de cada Estado y no de la federación. El proyecto de ley del Estado de Washington abrió las puertas al nuevo sistema denominado de reducción orgánica natural impulsado por la empresa Recompose.
En mayo de 2019, el gobernador del Estado de Washington, Jay Inslee, promulgó la ley SB5001, convirtiendo al estado de Washington en el primero del mundo en legalizar la reducción orgánica natural (Natural Organic Reduction), definida como "la conversión biológica acelerada de los restos humanos".
El compostaje humano va siendo asumido poco a poco por cada vez más estados en Estados Unidos. A continuación detallamos los diez primeros.
El pionero, como hemos mencionado fue el Estado de Washington al que le siguió al poco el Estado de Colorado que se convirtió en septiembre 2021 en el segundo estado donde era legal el compostaje humano. El mismo año el Estado de Oregon fue el tercero que también lo aprobó.
El cuarto fue el Estado de Vermont a través de la Assembly Bill no. H244 de 2 de junio 2022, el quinto el Estado de California que aprobó el sistema de compostaje humano en la Assembly Bill No. 351 de septiembre 2022. El sexto fue el Estado de Nueva York que lo ha aprobó el 30 de diciembre 2022 a través de la norma A382 firmada por el Gobernador Hochul.
El séptima iniciativa fue la del Estado de Nevada, cuya Asamblea aprobó el método en la sesión 289 del 14 de marzo 2023. El octavo estado en sumarse a la legalización del compostaje es Arizona. El denominado Bill o norma H.B. 2081 ha sido aprobada 29 de marzo 2024 gracias a los senadores republicanos Laurin Hendrix y TJ Shope, y a otros muchos defensores de base que iniciaron conversaciones para crear conciencia y han apoyado la legislación aprobada.
El noveno estado feu el de Maryland que ha aprobó la resolución SB1028 (green funeral bill), cuya resolución entrará en vigor en Octubre 2024. El décimo estado en adoptar la recomposición como tratamiento post mortem feu Delaware, cuando en Enero 2024 votó la propuesta introducida por el senador Sean Lynnde modificando la House Bill 162, y firmada por el gobernador John Carney el 16 de Mayo 2024.
Desde esta fecha la acción política para impulsar el compostaje humano no ha cesado y a cada momento se van apuntando nuevos estados. Lo interesante es pues que el compostaje de cuerpos difuntos (natural organic reduction) o "recomposición" en Estados Unidos es una realidad.
El proceso del compostaje se realiza en unos sarcófagos aireados en cuyo interior se da el proceso biológico del compostaje del cadáver.
Tras la conversión del cuerpo difunto en un material rico en nutrientes, este sustrato húmico puede depositarse como fertilizante edáfico en un bosque que se ofrece dentro del servicio funerario de recomposición.
El proyecto del compostaje de cadáveres humanos se inicia en 2011 impulsado por la arquitecta Katrina Spade con el objetivo de facilitar que los ritos funerarios sean sostenibles y más asequibles para los estadounidenses. En 2017 se convierte en la iniciativa empresarial Recompose.
A su idea se añadieron otras personas expertas como Lynne Carpenter-Boggs, profesora de Agricultura Sostenible y Orgánica en la Universidad del Estado de Washington que participó en las prueba con seis difuntos donantes.
En 2019, gracias a la participación de la firma de arquitectos Olson Kundig, se diseña todo el espacio de procesado y el concepto funerario basado en una cápsula hexagonal de aproximadamente 1,5 m por 3,5 m y los ritos diseñados.
En el interior de esta càpsula, el cadáver se cubre de virutas celulósicas como paja y astillas de madera que, junto con la aireación que se le suministra inicia el proceso de compostaje termófilo en lugar de la descomposición tradicional anaeróbica.
La recomposición es una inhumación (como en el cementerio) sólo que el resultado no son cenizas sino humus. A este posteriomente habrá que quitar prótesis y otros elementos que pueda contener el cadáver por su historial médico. El humus final incluye también la pulverización de los huesos.
La transformación de los restos humanos en humus fértil se produce dentro de los recipientes de recomposición reutilizables y cuando el proceso ha terminado, las familias pueden llevarse a casa parte del suelo creado, o depositarlo en un espacio natural.
Después de más de siete años de diseño, desarrollo, recaudación de fondos y colaboración, Recompose empezó su oferta de servicio funerario en diciembre 2020 en sus instalaciones ubicadas al sur de la ciudad de Seattle.
El modelo propuesto para la "recomposición" es el del proceso de compostaje. Este proceso lo proponen dentro de un recipiente, que es modular y reutilizable. Los cuerpos se cubren con virutas de madera y paja y son aireados, lo cual proporciona el entorno perfecto para que los microbios naturales y las bacterias beneficiosas del compostaje se activen.
El compostaje como método de tratamiento post mortem abre nuevas posibilidades para ofrecer ritos fúnebre alternativos y ecológicos basados en el respetuoso retorno a la tierra. El proceso de compostaje consume sólo un 10 % de la huella de la inhumación convencional.
El compostaje como biotecnología es un proceso sobre el cual ya existe una notable experiencia técnica a partir del compostaje de restos animales. Esto es lo que estimuló ideas iniciales de Katrina Spade que finalmente han dado lugar al servicio funerario tal como lo ofrece desde diciembre 2020 con su empresa funeraria ecológica Recompose.
Otra forma de integrarse a la naturaleza
En estas instalaciones los cuerpos difuntos se convierten en compost maduro, una sustancia que puede depositarse en la naturaleza y que contribuye a la fertilidad del suelo. Por eso, también la propia empresa ofrece un espacio natural de deposición de estos restos compostados.
El entierro en un cementerio verde o espacio natural, como se practica en algunos países anglosajones, sigue siendo una alternativa ecológica interesante. Sin embargo. como hemos apuntado, el compostaje como proceso post mortem de inhumación, tiene una huella ecológica mucho menor.
El compostaje de los cadáveres humanos y la refundación de los cementerios son dos formas de minimizar o reducir el impacto ecológico de los servicios funerarios actuales.
Hay pocas alternativas a dar destino final al cuerpo de una persona difunta a parte de la cremación y la inhumación, que son las dos autorizadas en el mundo occidental.
La hidrólisis alcalina es una de estas opciones, pero sólo legal en algunos estados de Estados Unidos debido a la oposición de la iglesia católica. En Europa, desde Bélgica y con el proyecto denominado humusación (también desde Holanda), que es un compostaje de cadáveres menos tecnológico y por tanto bastante más largo en tiempo de proceso.
El compostaje de cadáveres humanos cómo se realiza en la recomposición o en la humusación nos abre a repensar o reflexionar sobre el proceso de integración a la naturaleza de nuestro cuerpo físico tras la muerte.
El compostaje humano como alternativa funeraria ecológica sube un escalón en términos también filosóficos. Como proceso biotecnológico es más higiénico que la putrefacción natural directa en el suelo, como la que se permite en los cementerios verdes de los países anglosajones.