El servicio funerario de cremación directa se centra en la gestión del cuerpo difunto transportándolo desde el lugar del deceso (el domicilio, el hospital, etc.) y trasladarlo al crematorio donde se programará la cremación y tras esta se entregarán las cenizas a la familia.
En este servicio no habrá ningún alquiler de sala, ni traslados públicos puesto que no hay visualización del cortejo fúnebre, ni velatorio, ni arreglos florales, etc. y, lógicamente, se evitan los ataúdes tradicionales.
Una cremación directa es perfecta para aquellas personas que desean conmemorar a su ser querido a su manera sin seguir las pautas de los estándares funerarios actuales.
En nuestra sociedad hemos confundido la despedida y la celebración de un acto trascendental como es la defunción de un ser humano, con los trámites legales inherentes a dar curso legal al procedimiento establecido cuando hay un fallecimiento.
Para salir de esta encrucijada, la creamción directa, low cost o de bajo coste, es una alternativa.
La llamada cremación directa o simple (direct cremation) permite afrontar el funeral centrado en los aspectos vivenciales que hacen de este servicio una opción muy interesante.
Los clientes de la cremación directa son personas que desean organizar sus propias ceremonias y sobre todo quieren reunir a todos los interesados en un lugar concreto. La despedida se centra en la dispersión o inhumación de las cenizas además del ceremonia o ritual escogido.
La cremación directa ofrece dos aspectos interesantes: el tiempo necesario para organizar una ceremonia planificada y reducir las emisiones de la cremación.
Con la cremación directa el horno crematorio puede programar la cremación en un momento en que aquella se produzca con el mínimo consumo energético y lógicamente con mínimas emisiones.
En España, la mayoría de los hornos crematorios se adaptan, hoy por hoy, a las cremaciones según las ceremonias ya que facilitan la opción a estar presentes los familiares al iniciarse.
La cremación directa deja libre a la familia para elegir y escoger el momento y el cómo llevar a cabo la ceremonia funeraria según sus creencias En España la cremación directa no esté contemplada comercialmente por la mayoría de las funerarias.
Sin embargo, empiezan a a salir opciones (1) (2). El servicio pues se ocupa del tratamiento post mortem con incineración, incluyendo la tramitación legal básica.
La cremación directa es para las familias que prefieren un funeral sencillo, sin velatorio ni otros servicios ya que se organizarán a su aire la despedida.
Gracias a la cremación directa la familia puede reunirse entorno a ceremonias funerarias en una masía, en un bosque, u otros lugares amados, a veces emblemáticos para el difunto.
Hay diferentes modalidades, pero los servicios básicos son la recogida en el domicilio y el enferetramiento (en ataúd para cremación), el traslado al horno, la incineración programada y la entrega de las cenizas en el domicilio con una urna.
También van incluidos en algunos casos la gestión documental e inscripción en el Registro Civil del fallecimiento e incluso atención psicológica telefónica gratuita. Los precios (2024) varían entre 1.400 euros y 2000 euros.
El escollo está en que por ahora no hay ataúdes baratos de cartón. Recordemos que las tasas de incineración de media en la mayoría de los municipios ronda sobre los quinientos euros.
1. La cremación directa pues se centra en la gestión profesional del cuerpo difunto, cuidando del mismo desde que se queda sin vida y hasta terminada la cremación.
2. Facilita la gestión de los trámites necesarios para legalizar la defunción (certificados, análisis forenses, pago de tasas, etc.). La cremación directa cobra por lo básico, y asume que el resto se lo hace uno mismo.
3. La cremación directa entrega en tiempos razonables las cenizas (entre dos y siete días más tarde como máximo).
4. Ofrece la tranquilidad de que todo el proceso se lleva a cabo de forma legal, respetuosa y profesional por expertos funerarios de confianza.
5. Permite una gestión energética más inteligente de los crematorios con un notable ahorro energético.
6. La cremación directa se salta la presión impuesta por un servicio funerario convencional que en España obliga a una rápida gestión del cuerpo.
7. La cremación directa permite centrarse en lo importante: la despedida del ser querido adaptada a los tiempos de duelo de la familia.