En biología, sintrofía, (del griego syn que significa juntos y trophe que significa alimento) es el fenómeno de un proceso vital en el que una especie vive de los productos metabólicos de otra.
En este tipo de interacción biológica, la vitalidad de uno depende de los nutrientes, factores de crecimiento o sustratos proporcionados por el otro.
A partir de este proceso biologico desde aquí introducimos el concepto de funeral sintrófico. En palabras llanas, seria un funeral en el que el tratamiento post mortem fomente la interdependencia entre el productor (el cuerpo sin vida) y el consumidor (ya sea el ecosistema microbiológico como el que se da en el compostaje o el aprovechamiento nutritivo directo para las aves carroñeras en la excarnación).
El funeral síntrófico es un ritual funerario ecológico cuyo método de tratamiento post mortem fomenta el aprovechamiento nutritivo que hay en todo cadáver como es especialmente el caso del compostaje (aunque también se podría incluir la excarnación con aves necrófagas).
En un funeral con este planteamiento, basado en la conservación del planeta, toma especial significado la interdependencia emocional y nutritiva con la microbiología que nos habita en vida y que ha sido clave para nuestra supervivencia.
El funeral sintrófico convierte al cuerpo cadáver en fertilidad con una mínima huella ecológica y contribuye a que de la materia orgánica que fuimos esta adquiera el potencial para proteger la biodiversidad.
Tradicionalmente, el objetivo de todo rito funerario ha sido devolver el cuerpo fallecido a la tierra a través de la descomposición o con las cenizas tras ser incinerado. En la sociedad deshumanizante actual, el ritual funerario estándar ha perdido todo el sentido sagrado de retorno a la naturaleza.
El funeral sintrófico se basa en tres principios claves:
-Descomponer para componer; en toda descomposición biológica se convierten sustancias orgánicas complejas en otras de más simples, pero en el compostaje es un proceso constructivo en el que una amplia variedad de microorganismos colaboran para descomponer, pero a la vez con estas sustancias sencillas, el microbioma del compost compone otras sustancias complejas como los ácidos húmicos imprescindibles para la fertilidad del suelo,
-Los microorganismo son sagrados; muchos procesos ecológicos esenciales como el ciclo biogeoquímico del nitrógeno y del carbono no serían posibles sin la acción de los microorganismos. En nuestra cuerpo se calcula que hay diez veces más células de microbios que células humanas propias (1). Sólo en el tracto gastrointestinal hay entre 500 y 1000 especies de microorganismos (2).
-La cooperación y ayuda mutua es clave de la vida; los microorganismos no viven solos, forman los llamados consorcios microbianos que es más que una simple suma de microorganismos. Trabajando cooperativamente estos consorcios microbianos favorecen el reciclado de nutrientes y además se protegen de las condiciones ambientales hostiles. Algo parecido sucede con el papel de la fauna carroñera en la naturaleza.
Hay que ser conscientes que todo nuestro potencial biológico mientras vivimos continua con igual intensidad cuando el aliento, el alma, la conciencia o como quiera llamarse abandona su cuerpo humano.
De ahí que no basta con organizar un ritual que celebre la vida del fallecido puesto que el mejor homenaje a la experiencia vital es que la despedida del cuerpo físico proteja y contribuya a la conservación del entorno natural.
Esta es la función del funeral sintrófico, un concepto en el que se da la fusión entre lo ecológico y lo espiritual. Un concepto en el que el ritual de traspaso o tránsito deviene una celebración por la maravilla vital que nos rodea.
Funeral natural propone el concepto del funeral sintrófico como propuesta cultural y ecológica. Actualmente, el método post mortem, autorizado en algunos países que cumple con los requisitos de la sintrofía es el compostaje humano en contenedor, un método autorizado en Estados Unidos o Alemania y cuya huella ecológica es casi despreciable.
Pero también sería un funeral sintrófico el enterramiento natural directo al suelo sin ataúd, sin haber recibido tratamiento tanatopráctico químico y situado a poco profundidad para facilitar la descomposición biológica de todo cadáver animal. Una realidad posible en España si los gestores de cementerios quisieran.
Salir del funeral de puro trámite o basado sólo en creencias religiosas es esencial para acercarnos más a la Vida. Romper el tabú de la muerte es comprender que somos más parecidos a una comunidad microbiana de lo que pensamos.
En el final de la vida lo que nos acerca a la esencia vital es asumir que cuando el cuerpo se convierte en un cadáver, este ofrece muchas posibilidades para ser fértil y dador de nueva vida.
La crisis ecológica general debe ser combatida desde todos los frentes, el transporte, la industria, la vida doméstica, etc. y, por supuesto, también en lo que atañe a los procesos y servicios funerarios.
En España sólo hay dos sistemas funerarios aprobados: inhumación y cremación. El impacto ambiental de la incineración tiene una huella ecológica de 233 kg CO2 y la inhumación en cementerio en tumba o nicho de hormigón (ya que no hay espacio en ellos para el entierro directo al suelo) su huella ecológica es de 833 kg de CO2.
El tema es que mientras hay una presión mediática para potenciar el transporte colectivo o el consumo energético en las viviendas (de ahí la etiqueta energética obligatoria para alquiler o venda), no hay presión gubernamental para ambientalizar los servicios funerarios.
Las empresas funerarias son una fuente de ganancias y el Estado lo aprovecha grabándolo con el IVA de consumo. La ecología funeraria no está presente en la mente de casi nadie y como hemos mencionado tampoco en la agenda gubernamental.
Le corresponde a la sociedad civil reclamar de la administración que se autoricen nuevos tratamientos funerarios más sostenibles ya probados con éxito en otros países, que son higiénicos y saludables para las personas y el entorno. Este sería el caso del compostaje humano, llámese funeral sintrófico o como se quiera.