En los países anglosajones se permiten ataúdes ecológicos realizados con materiales sostenibles diferentes de la madera y biodegradables. El respeto por el difunto pasa también por el respeto de la naturaleza.
El ataúd es el producto funerario sobre el que en España se fundamenta el precio del servicio funerario. La comercialización de ataúdes ecológicos que no sean de madera pondría en evidencia que más del 60 % del coste del servicio funerario se carga en el féretro. Así que las funerarias impiden otras soluciones de menor impacto ambiental.
Que se puedan vender ataúdes que no sean de madera es lo que ha permitido en los países anglosajones y otros países europeos crear los funerales de baja huella ecológica.
Se dice que venimos de la tierra y volvemos a la tierra. El ataúd es como el vehículo para este viaje de regreso o de reinicio según se vea.
En el mundo anglosajón hace lustros que son conscientes no sólo de las necesidades espirituales de su población, sino también de las aspiraciones ambientales que pudieran tener los difuntos, sus amigos y familiares. Por eso están permitidos los entierros ecológicos o verdes.
Los ataúdes verdes (green caskets) se fabrican comúnmente de materiales vegetales tales como el mimbre, el bambú, el corcho, el cartón reciclado, el cáñamo, la lana orgánica, etc.
Tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, hay organismos que han establecido normas para definir los productos funerarios "verdes".
Los ataúdes verdes o de materiales ecológicos son los recomendados para la incineración e incluso para ser consecuentes con la conciencia ecológica del difunto.
Este tipo de ataúdes ecológicos no están acreditados para el transporte internacional o la reexpedición de un cadáver de un territorio a otro (aunque hoy ya existen alternativas a los ataúdes de metal como exige la legislación para este menester).
Un ataúd en los países anglosajones se considera ecológico si:
- el féretro no contiene materiales plásticos, sustancias acrílicas o polímeros sintéticos;
- el féretro no libera subproductos tóxicos en la instalación donde se fabrica;
- los materiales que lo componen ser producidos y cosechados de manera ambientalmente sostenible o deben ser producidos usando materiales reciclados o recuperados;
- el transporte de materiales al fabricante y el transporte del producto al consumidor no excede de los 2.500 kilómetros.
En el Reino Unido los productos funerarios ecológicos están avalados por el The Natural Death Center. En Estados Unidos lo establece el Green Burial Council quién ha acreditado a varios vendedores y fabricantes de productos funerarios verdes, algunos de los cuales son mayoristas y otros venden directamente a los consumidores.
El Gobierno de España desde hace décadas no destaca precisamente por lo ecológico en el ámbito funerario; y, por supuesto las empresas funerarias tampoco (salvo raras excepciones, por ejemplo, Alma 21).
El féretro o ataúd de madera es el símbolo insignia de las funerarias ibéricas. Por ahora a lo más que se llega es a la madera de procedencia cercana o incluso certificada por PEFC o FSC.
El cartón, aunque normativamente está permitido y hay féretros de cartón certificados, las funerarias no lo ofrecen. Estamos lejos de disponer de ataúdes con materiales biodegradables y con menos huella ecológica. A contnuación algunos ejemplos de lo que ni se vende ni está autorizado.
Ataúdes con materiales vegetales
Son féretros construidos con materiales de origen vegetal y de bajo impacto y sostenibles, tales como mimbre, hojas de plátano, bambú, ratán, algas marinas, y telas orgánicas.
En general son productos artesanales algunos de los cuales además están certificados como productos de comercio Justo. Algunos modelos también están disponibles en las formas de tapa dividida y tapa completa. Habitualmente se tapizan con tela de algodón ecológico.
Los ataúdes de ramitas de mimbre o bambú son los más comunes y la materia prima se cultiva con agricultura ecológica. En varios países europeos ya se están usando.
Ataúdes de cartón reciclado
El cartón ondulado permite fabricar ataúdes no sólo muy resistentes (capaces de soportar 120 kg) sino que además permite crear formas especiales y decoraciones particulares.
En Francia, la empresa ABCremation fabrica ataúdes de cartón ondulados homologados por la administración francesa y que deben ser admitidos en todos los hornos crematorios.
Se venden también por internet sobre un precio de 600 euros, el modelo sin pintar y sobre los 900 euros los fotográficos (con una gran variedad de opciones).
En el Reino Unido, se fabricaba el ecopod, realizado con la técnica del papel maché a base de periódicos viejos. Los ataúdes de cartón son ideales para las personas que escogen la incineración puesto que suponen un ahorro implorante de energía y por tanto de emisiones.
Los ataúdes de cartón lo habitual es que se usen tanto en cementerios forestales pues este material, la celulosa, también se reintegra fácilmente a los ciclos biogeoquímicos del suelo, como en cremación.
En España, curiosamente hay tres fabricantes de ataúdes de cartón, dos homologados, Restgreen y Resistible y uno pendiente de certificación Ecoféretro Dec. En los tres casos, aunque son legales, no se comercializan por el boicot de las funerarias.
Fibras textiles
Hay algún fabricante en Estados Unidos y también en Europa que fabrica ataúdes ecológicos tapizados con lana 100% en su capa exterior que forra una estructura de cartón reciclado o bien de madera ligera tipo los tablones MDF libre de formaldehído para dar la rigidez y la estabilidad al féretro.
El interior del ataúd está generosamente tapizado con algodón ecológico.
La plataforma para mortaja o féretro ligero
Una alternativa al ataúd convencional o "caja", que se emplea en los entierros en bosques memoriales o incluso para incineración, es la mortaja junto con el "tablero de entierro." El tablero está fabricado con madera local o incluso con fibras vegetales.
El tablero funerario con el difunto amortajado con un textil orgánico como el algodón, también puede viajar en coche fúnebre. Esta plataforma mortuoria con el cadáver amortajado es una opción simple y sin duda la más ecológica, aunque no está dentro del bagaje de nuestra cultura.
A la cultura funeraria ibérica le quedan todavía algunos años de aceptar, como sucede en los países anglosajones, que sólo se prohíbe "que se vea el fallecido", con lo que la mortaja es una alternativa al féretro.
La mortaja y la forma de presentarla puede ser un arte, un elemento ceremonial y perfectamente higiénica sobretodo si se complementa con producto ecológicos para retardar la putrefacción como el Bio Sac 200.