La pandemia Covid-19 nos mostró que los protocolos pusieron en jaque el llamado consentimiento informado ante un acto médico. 

Con la excusa de la crisis sanitaria, la persona, la paciente, perdió todos sus derechos sobre su cuerpo. La pandemia pasó y un lustro después parece simplemente una pesadilla a olvidar.

Pero, un lustro después, cuando alguien acude al hospital o a un centro de sanitario le pueden hacer la prueba PCR y determinar que tiene Covid-19 y empezar a aplicar protocolos.

Hasta ahora cuando alguien no quiere recibir tratamientos invasivos o incluso experimentales debe haber hecho el llamado testamento vital, también conocido como instrucciones previas o voluntades anticipadas.

Reflexionar sobre el testamiento vital en tiempos de postpandemia
El Dolor, cuadro de 1898, del pintor naturalista francés Émile Friant (1863-1932). Un estudio muy íntimo del dolor de una viuda, a la que consuelan dos mujeres más jóvenes.

En el documento de instrucciones previas o testamento vital, una persona mayor de edad, con plenas capacidades y libremente, manifiesta anticipadamente su voluntad sobre los cuidados y tratamientos que podría precisar en el futuro y el destino final de su cuerpo.

El objetivo de este es que el personal sanitario respete la voluntad del paciente de no recibir tratamientos médicos que no desea. Ya sea porqué pueden suponer alargar inútilmente su vida, cómo por ponerla en riesgo debido a que le apliquen tratamientos invasivos que no se adaptan a su manera de pensar.

Hasta ahora el testamento vital se pensaba más para enfermedades terminales, pero la pandemia Covid-19, aún siendo una enfermedad no mortal mayoritariamente, ha impuesto el que en nombre de las "normas" no se pregunte al paciente.

Es por ello que es bueno plantearse no sólo un testamento vital clásico pensando en el posible final de vida, sino con una visión más amplia.

El abogado defensor de los derechos constitucionales, Luis Miguel Ortega (Scabelum), ha redactado un documento modelo de testamento vital que creemos es interesante conocer para protegerse de los protocolos y normas aplicadas en estos tiempos "postpandémicos".

Lo interesante de esta propuesta-modelo es que plantea la mayor parte de las situaciones que pueden acelerar el final de vida de una persona o que este no sea como lo hubiera preferido ella.

Ante esta vulneración sistemática de derechos sanitarios en estos tiempos mal llamados de pandemia, es relevante, al menos, reflexionar sobre ello.

Adaptando el testamento vital
Viaje al infinito (1899) en el que Émile Friant, apasionado de la aviación muestra una imagen metafórica inspirada en esta aspiración por alcanzar el más allá.

Aunque cada Comunidad autónoma tiene su modelo de testamento vital acuerdo con lo que previsto en la Ley española, estos son demasiado ambiguos en algunos aspectos y no interpretan las situaciones que se han planteado frente a las llamadas crisis sanitarias.

En general el Testamento vital se centra en:

"Para mi proyecto vital, la calidad de vida es un aspecto muy importante y la relaciono con unos criterios que deben ser respetados tal y como declaro en este documento. Entre otros, son los siguientes:
- La posibilidad de comunicarme de cualquier manera y relacionarme con otras personas.
- El hecho de no sufrir dolor importante, ya sea físico o psíquico.
- La posibilidad de mantener una independencia funcional suficiente que me permita ser autónomo para las actividades propias de la vida diaria.
- El hecho de no prolongar la vida por sí misma si no se dan los mínimos que resultan de los apartados precedentes cuando la situación es irreversible.
- El hecho de permanecer en mi domicilio habitual en los últimos días de mi vida y morir en él.
- En la interpretación de este documento quiero que se tenga en cuenta la opinión de mi representante en lo referente a cualquier decisión sobre mí.
- En caso de que el profesional sanitario que me atienda no pueda asumir una actuación de acuerdo con mi voluntad aquí expresada, solicito ser atendido por otros profesionales sanitarios que puedan hacerlo."

El modelo propuesto por la gabinete Scabelum incide en aspectos tan concretos como necesarios de que sean respetados tales como:

1.    PROCEDIMIENTOS CLÍNICOS 10.    AUTONOMÍA FÍSICA 19.    ÚLTIMOS DÍAS DE MI VIDA
2.    PSICOLOGÍA O PSIQUIÁTRÍA 11.    ESTADO DE LUCIDEZ TRANSITORIA 20.    MUERTE AGÓNICA
3.    INFORMACIÓN CLÍNICA 12.    HIGIENE CORPORAL 21.    DONACIÓN DE ÓRGANOS
4.    INGRESOS 13.    COMA O ESTADO VEGETATIVO 22.    INSTRUCCIONES SOBRE MI CUERPO
5.    TRATAMIENTOS 14.    SEDACIÓN 23.    EMBARAZO
6.    CORONAVIRUS Y SUS VARIANTES 15.    EUTANASIA 24.    ANTE POSIBLE NEGLIGENCIA MÉDICO
7.    VACUNACIONES 16.     CUIDADOS PALIATIVOS 25.    AGRADECIMIENTO A QUIENES ME CUIDARON
8.    TRANSFUSIONES 17.    DIAGNÓSTICO FATAL 26.    DESPUÉS DEL FALLECIMIENTO
9.    DIETA 18.    RESIDENCIA TERCERA EDAD  

Aquí los dejamos enumerados a modo de guion para que el lector estudie con detalle el documento de texto que permite valorar sus opciones.

En cualquier caso, ya advertimos también desde el inicio de la pandemia, que frente a los protocolos funerarios establecidos, la familia debía valorar evitar cualquier ceremonia de despedida de mínimos. También facilitamos consejos respecto a los funerales para la nueva normalidad.

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