El mimbre es una fibra vegetal noble, que se trenza de forma artesanal y que proviene del cultivo de un árbol autóctono, el sauce. Este material es ideal para construir ataúdes biodegradables, ecológicos, nobles y responsables con la crisis climática que vivimos.
Aunque España produce mimbre local y tiene una tradición histórica de artesanos con el mimbre tiene prohibidos los ataúdes que no sean de madera.
Los ataúdes de mimbre serian ideales para la cremación y sobretodo para el entierro natural directo al suelo. El Gobierno de España atiza a la ciudadanía de que esta debe ser ecoresponsable y, sin embargo, el ejecutivo bloquea el uso de ataúdes que no sean de madera en el sector funerario.
Comercializar ataúdes de mimbre y cartón es básico para implantar el entierro de mínima huella ecológica en un cementerio natural, con la inhumación directa al suelo. Una realidad presente en varios países, como el Reino Unido, Holanda o Francia.
El mimbre se obtiene de la rama joven de la planta del árbol de la mimbrera. La mimbrera se referencia sobretodo a dos especies de sauces, el Salix purpurea y Salix viminalis, ambos árboles autóctonos de Europa y oeste de Asia.
Actualmente, para el cultivo del mimbre sobretodo se emplea un híbrido entre Salix viminalis y Salix purpurea, conocido vulgarmente como «sauce americano».
Existen numerosas variedades dentro del género Salix, aunque las más apreciadas por sus características para fabricar objetos son: Salix viminalis (mimbrera blanca), Salix triandria (mimbrera negra), y Salix eleagnos (sauce gris) para cestería fina.
Estas especies de sauces son árboles de porte frondoso que crecen de forma natural en los terrenos húmedos en las márgenes de los ríos y en los valles frescos de zonas elevadas.
Las ramas jóvenes del mimbre son muy largas, flexibles, lisas y de un color verde grisáceo en épocas de crecimiento (primavera) que vira a rojo amarillento en invierno.
Tras la siega, las ramas de mimbre son descortezadas para obtener un producto más limpio y fino. La recolección en la zona se realiza durante todo el invierno, entre noviembre (una vez caída la hoja) y marzo, mientras se da la parada invernal de la planta.
Una vez cortado se pone a secar en manojos colocados en posición vertical formando lo que denominan chompos o carboneras. La extracción pues da lugar a bellas imágenes cromáticas y simbólicas.
Luego a cada rama se le dará el tratamiento oportuno para obtener la textura y color según las diferentes aplicaciones artesanas a las que se destinará: cestas, sillas, mesas, butacones, canastas, lámparas y un largo etcétera.
En Cuenca, entre la comarca de La Alcarria y la Serranía Conquense a día de hoy es la zona que produce el 80 % de la producción ibérica de mimbre que mayoritariamente se exporta.
A la vera siempre de los modestos ríos Trabaque y Escabas, en las vegas de los pueblos Albalate de las Nogueras, Villaconejos de Trabaque (ubica el Museo del Mimbre), Priego, Cañamares (aporta el 90% de la producción de mimbre en España), Fuertescusa, Cañizares, Puente de Vadillos y Beteta se cultivan amplias extensiones de mimbre (sauce americano) que en otoño e invierno colorean su paisaje. En la misma zona quedan algunas de las empresas comercializadoras.
En Salamanca, se encuentra el pueblo de Villoruela donde hay un Centro de Interpretación del mimbre. Según los lugareños, el pueblo se considera que es la cuna del mimbre nacional. El resto del mimbre ibérico se produce en pequeños núcleos de la Comunidad Valenciana, Aragón y Andalucía (Sierra de Baza).
En la localidad catalana de Salt (Girona), cada año, el primer fin de semana de Octubre se celebra la Feria Internacional de la Cestería (Fira Internacional del Cistell).
Esta feria se ha convertido en un espacio de referencia de los artesanos cesteros de toda Europa, un lugar para el encuentro, el intercambio de conocimientos y el disfrute del oficio. Un evento útil para la recuperación, conocimiento, formación y difusión del arte cestero.
Antes que a tejer con hilos, el ser humano aprendió a trenzar. El arte de la cestería de mimbre, esparto, caña o tiras de madera flexible es anterior al tejido textil.
La cestería ya fue usada por el hombre del Neolítico en labores de recolección de frutos silvestres y guardar enseres.
En las históricas ruinas de la ciudad mesopotámica de Ur se han descubierto indicios del uso de sarcófagos de mimbre que datarían de más de 5.000 años. En Egipto, durante el reinado de Ramses II, la Biblia relata la historia de Moisés flotando sobre las aguas del Nilo en una cuna de mimbre. En la época romana también fue un material muy empleado.
El mimbre, es un material presente pues a lo largo de la historia de la humanidad por su ductilidad en la fabricación de recipientes diversos. A partir del siglo XIX, el mimbre se volvió muy popular durante especialmente durante la llamada época victoriana.
Es en el siglo XX cuando esta tradición ancestral, este oficio artesano e histórico, renace y se revitaliza el sector. El mimbre como forma de arte a partir de este momento toma un nuevo camino. Técnicas nuevas de trenzar, materiales más diversos (incluso sintéticos) permiten ir más allá de la fabricación de los tradicionales cestos.
La creación de los cementerios naturales en el Reino Unido a principios de los noventa, impulsa productos fúnebres ecológicos. El entierro directo al suelo sólo se admite con ataúdes biodegradables, y entre los materiales naturales aceptados está el mimbre.
Una de las primeras empresas en fabricar ataúdes de mimbre es Sommerset Willow Coffins creada en 1998 la cual ofrece una amplia variedad de arcas en formas y colores.
En el sur de Inglaterra también encontramos a pequeños artesanos que ofrecen féretros de mimbre como Lily Willows Coffins, Sussex Willow Coffins o Woven Farewell Dorset, quiénes atienden la demanda de los entierros naturales.
Cada ataúd con mimbre de ramas de sauce está hecho completamente a mano, utilizando técnicas tradicionales y diferentes mimbres que imprimen el carácter de la obra de cada artesano.
Estos artesanos de ataúdes biodegradables de mimbre pueden colocar en la base una madera o cartón en la que se perforan agujeros y se fijan los montantes de sauce del ataúd.
Se utilizan diferentes técnicas de tranzado para los lados, y la parte superior del ataúd está terminada con un borde estándar. Un borde trenzado en la base del ataúd completa la parte principal del ataúd.
En cualquier caso la artesanía de ataúdes de mimbre permite mantener no sólo un cultivo, que contribuye a la conservación de la biodiversidad. También da trabajo para mantener a familias y sobretodo a conservar un arte milenario.
En Francia, donde tampoco están autorizados los ataúdes de mimbre, sin embargo algunos artesanos ponen su arte para venderlos en el mercado británico. Este es el caso de Francis Desplanches, en la población de la Dordoña de Lacropte, o de Etienne Métézeau en la población de Villaines-les-Rochers.
En España, encontramos a un activo colectivo de artesanos del mimbre, además de producción de materia prima local. Por eso reivindicamos que el ataúd de mimbre se autorice para ataúdes de cremación y entierro natural.
En síntesis, el mimbre es un material ecológico, biodegradable y sobretodo fácilmente reciclable por el entorno natural. El mimbre, pero también el cartón, son dos materiales ideales tanto para los féretros destinados a cremación como a inhumación directa al suelo.
Un ataúd realizado con mimbre es suficientemente consistente para las funciones que debe realizar. Este se puede revestir opcionalmente con un bioplástico que le dé estanqueidad, el mismo que se utiliza para las bolsas de transporte.
Lamentablemente, la anacrónica legislación española sólo autoriza los ataúdes de madera y homologados. Un grave error que impide avanzar en la ecología funeraria.
El mimbre es un material de mínima huella ecológica y se reintegra en el ciclo natural todavía más rápidamente. Mientras que un ataúd de madera básico sin tratar puede pesar un mínimo de 30 kg, un féretro de mimbre pesa poco más de diez kilos.
Tenemos producción local de mimbre, tenemos artesanos calificados y sobretodo el mimbre imprime un carácter de ligereza y simplicidad a un funeral incluso mejor que el cartón.
Es hora de reclamar que la legalización de los ataúdes de mimbre disponibles ya en otros países.