Mentes maravillosas
Bernard Campan, Alexandre Jollien, Tiphaine Daviot, Julie-Anne Roth, La Castou, Maryline Canto, Marie Benati, Marilyne Canto, Anne-Valérie Payet, Sofiia Manousha, Laëtitia Eïdo, Marie Petiot
Mentes maravillosas (Presque) es la historia de Louis que dirige una funeraria en Lausana, un soltero empedernido que vive dedicado a su trabajo. Pero un día, accidentalmente, se cruza con Igor.
Igor,es un hombre de espíritu agudo en un cuerpo discapacitado a causa de una lesión cerebral. Reparte verduras ecológicas, y pasa su tiempo libre leyendo a filósofos como Sócrates, Nietzsche, Spinoza.
Su encuentro accidental les pondrá juntos viajando en el coche fúnebre de Louis que transporta el cuerpo de la difunta Madeleine al lugar donde debe ser inhumada en el sur de Francia.
En su viaje se irán sucediendo todo tipo de encuentros. Encuentros que afianzarán la relación de Igor y Louis; una relación que poco a poco les permite conquistar la libertad sobre la mirada de los demás y aprender a amar la vida tal y como llega, liberándolos de si mismos.
La amistad con el telón de fondo funerario
El cine francés ya produjo una road movie en 2015 con coche fúnebre, titulada Grand Froid, en la que el vehículo transitaba perdido en un paisaje desolado y nevado.
En Mentes Maravillosas, el viaje en coche fúnebre une un funerario con un aficionado a la filosofía en una clara invitación a darle Vida a la muerte.
Esta película es claramente un canto vitalista que clama por asumir la vida en el presente sin anclajes de pasado o futuro.
Es una invitación a despojarse de la historia pasada o de los espejismos del futuro. La escena de ambos protagonistas bañándose desnudos en una bella laguna de la región de Occitania se puede visualizar como metáfora de despojarse de todo aquello que no es necesario.
El coche fúnebre de Louis con su ataúd es la excusa que sirve para mostrarnos que cada persona puede hacer de su vida lo que quiere cuando se pone ante el espejo de la mirada del "otro".
El personaje de Igor es todo teoría en su cabeza, pero aún no se ha lanzado a tener una vida social ni ha tenido el valor de escapar de su saber libresco. El reto de Louis es cómo salir de la cárcel de su trabajo como director de la funeraria.
En un momento dado, uno de los personajes, Cathy expresa ante lo que los protagonistas están haciendo:“Esto es un desastre, pero no pasa nada". En una entrevista a los dos actores sobre anécdotas del rodaje reconocían que esa es la tragedia de la vida.
"Lo que consideramos como desastres de nuestra vida, siempre nos dan ganas de tirarlo todo por la borda sean enfermedades, duelos, separaciones. En parte por qué la mente injerta encima de todo eso: psicodramas, problemas, etc. Debemos dejarnos de comparar con el otro, ya que es de este que surge la versión del "desastre". En toda situación hay algo suficientemente bueno. Es súper liberador verlo de esta manera. Es lo contrario de la resignación: “esto es un desastre pero no pasa nada", así que me pongo en marcha para ayudar a los demás. Es lo opuesto al derrotismo".
Mentes Maravillosas es una fábula sobre la liberación de nuestro yo a través de la óptica de un paseo con la muerte a cuestas. A la vez que es una reflexión sobre cómo afrontamos los funerales y hasta que punto hemos delegado algo tan importante como dar el último adiós a un ser querido.
Una película conmovedora
La película va llena de pequeñas perlas de diálogos inspirados basados en citas de diferentes filósofos. En la película, la filosofía es, ante todo, un recurso para hacer más visible el arte de vivir entre los dos personajes -Igor y Louis- que comparten el llevar vidas anodinas.
El cine, y en concreto la cinta Mentes Maravillosas es un recurso no tanto para aprender a morir, que también, sino para inspirar el vivir el presente.
La estupidez es la forma de ser más dañina, decía Nietzsche, por eso hay que aprender a darse a los demás. Y esto es lo que nos propone este film: aprender a vivir.
Los dos protagonistas como guionistas expresan que "nos gustaría que la película conmoviera a la gente porque conmover es modificar. Si al salir del cine, la gente se siente un poco diferente y quiere vivir de otra manera, menos mecánicamente, siendo más abiertos, ¡eso sería un gran triunfo!...
...La idea es transformar la visión de la marginalidad y del otro. Y también está el tema de la muerte. ¿Cómo afrontar esa fecha límite? Vamos a morir pero ¿qué hacemos juntos hasta entonces?"
El objetivo de la cámara se va entremezclando con los dos personajes, pero hay algo que va mucho más allá de cada individualidad. El juego fílmico nos advierte que hay que aceptar que como seres vivos no somos autónomos, pero tampoco somos dependientes.
La gran jugada vital que propone esta película es comprender que estamos llamados a ir hacia el otro. Esta es la verdadera moraleja de este film que a su vez es entretenido, ingenioso y de fino humor lleno de reflexiones.
La relación entre Igor y Louis no es para nada comparable con la de Intocable (2011). En Mentes Maravillosas el cambio de visión vital surge de la relación entre dos seres humanos machacados que intentan seguir adelante con la mejor intención.
La curiosidad de la película
El actor y cineasta francés, Bernard Campan (1958 -), conocido por su participación en el reconocido trío cómico Les Inconnus se une a su amigo el filósofo suizo Alexandre Jollien (1975 -), autor de la premiada obra Éloge de la faiblesse (1999), para mano a mano haber coescrito el guión y codirigir el film.
La curiosidad es que Alexandre Jollien no es actor profesional y padece parálisis cerebral, así que en realidad en esta película se interpreta así mismo como lo que es: filósofo y discapacitado. Una realidad por irreal que parezca.
De pequeño, como se narra en el film, tras un parto complicado que le dejó unos instantes en anoxia cerebral, sus padres creyeron que su futuro pasaba por un internado de educación especial, donde vivió recluido y en un mundo alejado de la realidad.
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