Cuando el amor es para siempre

Cuando el amor es para siempre
Mia Wasikowska, Henry Hopper, Ryo Kase, Schuyler Fisk, Jane Adams, Lusia Strus, Chin Han, Victor Morris, Jesse Henderson, Christopher D. Harder, Colton Lasater, Kyle Leatherberry, Morgan Lee, Paul Parson, Thomas Lauderdale, Kenneth L. Peterson, William J. Eggleston
Restless, traducida en español como Cuando el amor es para siempre, inspiró un argumento parecido en una película posterior, Bajo la misma estrella (2014).
Esta película es el romance entre dos personas jóvenes, una que está obsesionada por la muerte y otra a la que directamente la muerte ya ha poseído su cuerpo a la espera de encontrar el momento apropiado.
Uno es feliz cuando vive sin miedo y para ello hay que dejar de temer por las cosas inevitables como enfrentarse a la muerte aunque esta se presente de forma inesperada. Al fin y al cabo la muerte no es más que un proceso natural en el que nuestra humanidad se funde con algo más grande como la naturaleza que nos da el aliento.
A pesar de las circunstancias y la enfermedad esta no le quita ni la vitalidad ni su pasión por conocer el mundo de las aves. El amor por la naturaleza le conserva las ganas por vivir.
Annabel es la protagonista y le que le queda poco tiempo de vida tras el diagnóstico de un cáncer sin curación. En contraposición, Enoch es un joven sano pero infeliz que ha sido incapaz de superar el duelo de la pérdida de sus padres en un accidente del que él queda en coma.
Tras pasar varios meses en el hospital con asistencia vital, al despertar se refugia en un mundo imaginario guiado de la mano de Hiroshi, un kamikaze, que es su amigo imaginario y guía vital.
La historia de amor que surge entre Annabel y Enoch se sitúa en la barrera del drama y la tragedia. Una chica lleno de vida pero con escaso tiempo para vivir, le da chispa a otra que ha perdido su camino vital y que no alberga más esperanzas.
La película deambula por esos momentos que comparten ambos protagonistas, presididos por la espada de damocles que pende sobre la vida de Annabelle con un mensaje moderno, natural y esperanzador sobre el proceso de la muerte.
Aceptar la muerte
De aceptar la muerte va esta película, pero también de lo importante de planificarla, de imprimirle a este despido vital la alegría que también caracterizó nuestra llegada. Una alegría que a menudo vamos perdiendo por el camino porque descuidamos algo esencial: dejar fluir la vida a su antojo.
Cuando el amor es para siempre es una reflexión sobre la muerte abordada desde una perspectiva sutil en la que los elementos que componen esta obra se mueven entre lo moderno y lo clásico como si este péndulo fuera el reflejo del propio contraste entre los personajes y en definitiva, de dos formas vitales que gracias a su contraste commueve.
Es sin duda una película valiente con un toque fantástico que le da un aire especial, y que quizás distancie a algunos espectadores del núcleo argumental.
No obstante vale la pena dejarse llevar por la fuerza de las imágenes, de las interpretaciones de los dos actores principales, que gozan de un gran química en pantalla, y por el mensaje principal: incluso en las horas más oscuras, puede haber felicidad, y el final de una vida puede ser el principio de otra, aquí, en la tierra.
El director consigue crear un ambiente casi mágico, en parte gracias al fantasma del piloto kamikaze que solo ven los dos protagonistas, a la fotografía, a la música (de Danny Elfman), pero sobre todo, gracias al desarrollo de la historia.