Despedirse de la vida ayunando
Despedirse de la vida ayunando. Asumiendo el control de su muerte dejando de comer y beber es un libro para facilitar e incentivar un intercambio informado entre los pacientes que se acercan al final de sus días y aquellos médicos, personal de enfermería y parientes que entran a compartir un proceso voluntario de muerte anticipada por ayuno.
A través de los siglos, los ancianos y enfermos en todo el mundo han emprendido este camino en silencio. Zenón de Citio (Chipre, 334 a.C. - 260 a.C), filósofo helenista de origen fenicio, y sus sucesores iniciales en la escuela estoica decidieron morir, mediante un ayuno gradualmente severo, en cuanto creyeron mermadas sus facultades de modo irreversible.
Esa decisión, o cualquier otra orientada a los mismos fines, les parecía lo natural en el ser humano. El libro recopila los conocimientos modernos adquiridos para facilitar que el tránsito hacia la muerte voluntaria se logre además de forma apacible y con dignidad.
Según el autor, el proceso de morir voluntariamente tras negarse a ingerir líquidos y alimentos es un terreno desconocido para los médicos, a quienes se les ha enseñado a luchar contra la falta de líquidos o de nutrientes por medio de la alimentación e hidratación artificiales.
A los pocos días de ayuno el hambre desaparece, siendo reemplazado por un sentimiento de bienestar. Cuando ya no hay ingestión de azúcar y ni de otros hidratos de carbono, el cuerpo produce unas sustancias semejantes a la morfina, llamadas endorfinas, que mejoran el estado de ánimo.
Además, para producir glucosa, los ácidos grasos se descomponen en cuerpos cetónicos, que también contribuyen a aliviar el dolor. La sed es provocada por la sequedad bucal. Si la boca y la lengua se mantienen húmedas, aunque no esté tomando nada de líquido, la persona sentirá menos sed.
Sin dolor
Ante la pregunta de un paciente sobre si dejar de comer y beber es doloroso, el doctor Ira Byock (1951 -), especialista en cuidados paliativos y autor de Decir lo que importa (2005),argumenta queí: "No, no es doloroso. A lo largo de los años, sistemáticamente le he preguntado a las personas que han dejado de comer y beber si tenían hambre y siempre me han dicho que no. El hambre no suele ser un problema para los pacientes que atendemos.
A veces, cuando les preguntamos si tienen sed, dicen que sí, pero cuando les humedecemos la boca y la garganta y les volveos a preguntar nos dicen que no… Las personas imaginan que la desnutrición y deshidratación son dolorosas, una forma terrible de morir.
Sin embargo, en comparación con enfermedades avanzadas como el cáncer, la insuficiencia cardíaca, respiratoria o renal es totalmente distinta a esa imagen aterradora. En mi experiencia, he visto que la malnutrición y deshidratación no aumentan el sufrimiento de las personas con enfermedades terminales.
La gente cree que la muerte por ayuno es prolongada y desgarradora, pero con unos cuidados paliativos adecuados, cualquier persona gravemente enferma o debilitada por la edad, que deliberadamente rehúse alimentarse y beber líquidos simultáneamente, entrará en un estado somnoliento y fallecerá apaciblemente en un plazo de 7 a 16 días, o incluso antes.".
Tomar precauciones legales
En opinión del Dr. Fernando Marín, dejar de comer y beber no es siempre una mala opción. sin embargo, debería estar sujeta a los mismos protocolos que la muerte asistida, incluyendo: (1) claro entendimiento de la enfermedad y su pronóstico, (2) cuidadosa evaluación del sufrimiento inaceptable para el paciente, (3) total acceso a las medidas paliativas modernas, (4) evaluación de la capacidad de decisión del paciente, y (5) solicitud de una segunda opinión de un experto en cuidados paliativos independiente. Incluso donde la muerte asistida es legal, algunos pacientes eligen dejar de beber y comer.
En este sentido defiende que "morir dejando de comer y beber es una muerte natural. Pero, para evitar “líos”, es muy importante que la voluntad de la persona que ha decidido despedirse de la vida ayunando quede claramente certificada en un documento escrito (por ejemplo, en el Testamento Vital), o en cualquier otro formato. También puede grabar una declaración en audio o video con un teléfono móvil, entregando una copia al médico que le asista y a la persona responsable de sus cuidados".
Sobre el autor del libro
Boudewijn Chabot (1941 -) es un psiquiatra-psicoterapeuta holandés e investigador de opciones pacíficas para terminar con la propia vida.
Mucho antes de la ley holandesa de eutanasia aprobada en 2002, ayudó en la muerte voluntaria de una mujer que no tenía ninguna enfermedad física. El Tribunal Supremo holandés dictó sentencia en 1994: “culpable sin castigo”. Desde entonces, Chabot ha dedicado su vida profesional y su investigación a la muerte asistida fuera del ámbito medicalizado cuando la persona valora esta opción para morir dignamente.
Ha escrito varios libros sobre como tomar el control de un proceso tan íntimo como es la propia muerte. Especialmente en Guide to Dignified Dying proporciona información detallada sobre el método de medicación y el uso de gas inerte para una muerte digna y elegida por uno mismo.
Chabot también ha producido una película sobre el método del helio y otra película en la que testigos presenciales de una muerte humana y elegida por ellos mismos relatan sus experiencias.