La tanatopraxia es una práctica inadmisible por razones de salubridad pública e indigna para un cadáver. Sustituir los líquidos corporales naturales por productos químicos de alta toxicidad para el entorno y para los tanatopractores es un atentado ecológico.

La carga tóxica en los difuntos muestra la preocupante realidad de la contaminación de los tejidos humanos por tóxicos químicos que persisten en el cadáver. Algunos productos fúnebres podrían ayudar a la biorremediación en el tratamiento post mortem.

En las autopsias y la tanatopraxia se usan productos químicos peligrosos y tóxicos que liberan al medio ambiente contaminantes orgánicos tóxicos. Una realidad que debe conocerse.

Respirar el ambiente contaminado del aire de muchas de las ciudades europeas (españolas incluidas) es la responsable del incremento de la morbilidad y también de la mortalidad prematura en la ciudadanía.

La cremación es una de las técnicas mortuorias para deshacerse de un cadáver difunto. Explicamos los conceptos básicos y el impacto sobre las emisiones y la calidad del aire de los hornos crematorios.

Los hornos crematorios de uso funerario cada vez son más sofisticados para adaptarse a los requisitos ambientales más estrictos. Sólo los más modernos están totalmente automatizados y son de probada eficacia y bajo consumo.