Aprobada la eutanasia en España en marzo 2021, el tema sigue siendo sensible. Hay pacientes que la han reclamado hasta la saciedad por qué su vida carecía de sentido. Hay médicos que, conscientes de su deber ético y respetando el juramento hipocrático, la han practicado con consciencia.
En cualquier caso, todo debate es bienvenido cuando este es respetuoso. En el formato de películas y documentales hay diversidad de propuestas.
En este caso destacamos una obra de teatro-documental sobre el tema: Celebraré mi muerte.
Marcos Ariel Hourmann (Buenos Aires, 1959), la madrugada del 28 de marzo del 2005 atendió a una paciente llamada Carmen, de 82 años. Esta mujer llegó junto a su hija al servicio de urgencias del Hospital Comarcal Mora d'Ebre (Tarragona) rogando que acabasen con su sufrimiento, estando a unas horas de su muerte.
Valorando el estado de la paciente le inyectó 75 miligramos de cloruro de potasio en vena y la mujer murió de inmediato acompañada de su hija en el hospital.
La honestidad del Dr. Aiel Hourmann le llevó a dejar en el informe médico la actuación practicada con Carmen. La familia nunca lo denunció, pero sí lo hizo el hospital.
Así que unos meses después recibió una notificación del juzgado. En la misma se le informaba de que estaba acusado de homicidio, por lo que se le citaba al juzgado y se le advertía que la pena por el cargo podía ser de hasta diez años en la cárcel.
En la citación, la fiscalía le ofreció la posibilidad de declararse culpable, aceptar una condena menor y evitar la inhabilitación. Y así lo hizo. Marcos Ariel Hourmann es el único médico que ha sido imputado por eutanasia en España.
En 2016, y tras una entrevista en el programa televisivo “Salvados”, el productor de teatro Víctor Morilla le planteó una idea. Podría seguir concienciando al público sobre la muerte a través de una obra de teatro qué podría protagonizar él mismo.
Así nació esta obra de teatro de sesenta minutos, Celebraré mi muerte, dirigida por Alberto San Juan y Víctor Morilla, estrenada en 2019, en la que el doctor Marcos Ariel Hourmann en persona, como actuante y testimonio a la vez, explica en formato de obra de “teatro documental” los motivos de su actuación.
El autor ha editado un libro titulado Morir viviendo, vivir muriendo (2017, 131 páginas) sobre su experiencia y donde cuenta con más detalle los cambios que en su vida le produjo aquella decisión y del amor que le permitió sobrellevarlo todo.
La obra de teatro-documental, Celebraré mi muerte, es una recreación de un juicio que no existió, pero que permite varias licencias dramáticas. El monólogo transita por las visiones que el protagonista ha vivido de la muerte y las deja como reflexiones para juzgar.
En el terreno profesional, nos habla como el médico que practicó la eutanasia en un país donde en 2005 estaba prohibida. En un ámbito personal, nos cuenta como afrontó la muerte de sus padres siendo todavía joven. Y finalmente, nos responde a una pregunta íntima ¿cómo celebraré mi muerte?
El valor de esta propuesta teatral es que mientras se sucede el monólogo del doctor, esta sirve para que el público reflexione sobre cómo aceptar el buen morir y ayudarle a perder el miedo a esta realidad vital.
En el escenario, Marcos Hourmann no actúa, sino que interpreta la palabra correcta pero que también vuelca su emoción íntima de algo que ha vivido en primera persona, aunque el monólogo esté estructurado por el guion.
Sus reflexiones están acompañadas de una pantalla a su espalda en la que se reproducen fotografías y trozos de filmación reales sobre los hechos y su vida personal, algunas, portadas de periódicos que trataron el caso o de personalidades públicas que debatieron sobre el mismo.
Celebraré mi muerte es un acierto cultural que demuestra el poder del teatro como herramienta de cambio social. Una propuesta que sirve para llevar entre el público una reflexión colectiva ante un tema tabú.
La obra se inicia escogiendo al azar a nueve personas del público para que al final emitan un veredicto como si formaran parte de un jurado popular.
Sin embargo, la propuesta teatral no busca un veredicto de 'culpable' o 'inocente'. Busca el debate sobre un tema tabú como es la muerte.
No hay duda que en cada representación aparecen aportaciones muy interesantes sobre el dolor humano o el miedo a la muerte entre otros.
Entre las reflexiones del Dr. Hourmann este advierte que "Estoy en contra del sufrimiento innecesario. Soy médico, pero primero de todo soy Marcos". Por eso reconoce que, en su profesión, el conocimiento y la humanidad deberían ir siempre combinadas.
Su visión sobre la eutanasia es clara, esta debe ser defendible solo para entender al otro, respetar la decisión del otro, ponerse en el lugar del sufrimiento del otro, más allá de las ideologías, partidismos o convicciones personales.
La experiencia de estar en el teatro con su particular juicio popular como reconoce es que "De cada representación salgo con el alma recuperada”.
Para el espectador, Celebraré mi muerte es una catarsis para el corazón. La obra de teatro sigue viajando por las salas del país. Sin duda, un acierto y recomendable participar en la misma.
Fotos: Producción de Barrio y Funeral Natural.