Un funeral de muerte
Matthew Macfayden, Rupert Graves, Alan Tudyk, Peter Dinklage
Un funeral de muerte es un film de tinte cómico en el que la ceremonia funeraria sirve de excusa para ridiculizar cómo los desencuentros familiares, incluso en estos momentos, afloran hasta rozar el ridículo.
Todo se inicia con la muerte del patriarca de la familia que lógicamente reúne a todos sus miembros para el funeral. Este momento de reencuentro de los hermanos y sus respectivas parejas hará estallar el pasado.
Es la hora del funeral, llegan los de la empresa funeraria, entran solemnes con el ataúd del patriarca fallecido y lo dejan en mitad de la sala. El hijo mayor, pide ver el cadáver, y este resulta que no es su padre. A partir de este de momento el funeral será un cúmulo de despropósitos.
Crítica a los funerales protocolizados
En realidad es un ridiculización del funeral como ceremonia triste. Así que los diferentes participantes al mismo van aportando su granito de arena para convertirlo en un auténtico caos lleno de comicidad.
Una ceremonia en la que una droga de diseño provocará alucinaciones a algunos de los participantes. Estas sirven de metáfora para reconocer que muchas veces la vida de nuestros seres queridos alberga secretos que se llevan a la tumba sin que jamás sean revelados.
El humor negro planea constantemente por la pantalla y la muerte como tal es lo de menos. Lo esencial es la complejidad de estar vivo y afrontar la cotidianidad. La vida compleja cotidiana es aquí sinónimo de muerte.
Los asistentes al funeral transitan por la ceremonia ajenos a la vida que ahoga a cada uno con sus problemas insignificantes, pero magnificados.
El film es más una comedia que una reflexión. Sin embargo, nos da una idea sobre la necesidad de aceptar la muerte y enfrentarse a ella con humor.
Esta película tuvo un remake en versión norteamericana estrenada en 2010 con el mismo título Un funeral de muerte, pero dirigida por Neil LaBute y protagonizado entre otros por Martin Lawrence, Chris Rock y Zoe Saldana.