cartel Sueños

Sueños

Título original
Yume - Dreams
País
Japón
Fecha de edición
1990
Duración
120 min
Género
Drama. Fantasia
Dirección
Akira Kurosawa
Reparto

Yuri Raksha, Maxime Monzouk, Martin Scorsese, Akira Terao, Mitsuko Baisho, Mieko Harada, Toshie Negitshi, Mitsunori Isaki, Toshihiko Nakano, Yoshitaka Zushi, Hisashi Igawa, Chosuke Ikariya, Chishu Ryu

Fotografia
Takao Saito
Música
Shinichiro Ikebe
Montaje
Tome Minami
Producción
Allan H. Liebert, Hisao Kurosawa, Mike Y. Inoue, Seikichi Iizumi, Steven Spielberg
Distribución
Warner Bros Pictures España
Estreno en España
Mayo de 1990
Público
Sinopsis

Los sueños de Akira Kurosawa es una película mítica de este aclamado director japonés. En ella quiere reflejar los cambios experimentados por Japón a lo largo de un siglo especialmente en el ámbito de las ideas. Para ello entrelaza ocho cortometrajes. Los títulos de estos ochos relatos son: “La luz del sol a través de la lluvia”, “El huerto de ciruelos y la fiesta de la muñeca”, “La tormenta de nieve”, “El túnel”, “Cuervos”, “El Monte Fuji en rojo”, “El ogro llorón” y “El pueblo de los molinos de agua”. Todos ellos se suceden en distintos momentos de la vida de Kurosawa. 

En uno dos de ellos se aborda la muerte, se trata en los capítulos “La tormenta de nieve” y “El túnel”. El primero, es un cortometraje que reflexiona sobre la dureza de la vida y sobre la muerte a partir de la historia de un grupo de montañistas que se enfrenta a una tormenta de nieve, cuando de la nada ven aparecer una extraña mujer que intenta atraer al último hombre consciente hacia la muerte. En “El túnel”, un comandante se despide de las personas a las que no ha podido salvar.

En cada uno de los cortometrajes se intenta concienciar al espectador sobre los errores que cometemos al usar el sonido y la visión como métodos principales de persuasión o forma principal de observar el mundo y la vida que experimentamos. En este sentido el conjunto de la película es un auténtico poema visual y filosófico a la vez.

La última de ellas parece su testamento fílmico, una de las mejores escenas que podría bien ser el propio entierro. En medio de una naturaleza radiante, bajo el sol de mediodía, una comitiva festiva lleva un ataúd entre cánticos y danzas. Una sinfonía de colores les envuelve. Viven la muerte como una celebración, que se detiene cuando llegan al río. En ese momento, la cámara se aleja del grupo funerario en pleno estado celebrativo, para mostrarnos unas grandes ruedas de molino que giran con el fluir del agua.

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