Drama sobre un joven de quince años enfermo de cáncer, que ha visto transcurrir la mayor parte de su vida entre hospitales, servicios de urgencia y consultorios de especialistas, mientras su cuerpo es carne de experimentos médicos sin dar con un remedio para su situación.

La única terapia que lo mantiene vivo y fuera de su pesadilla habitual, son los comics y sus dibujos. Las animaciones que se forma en su cabeza y que traslada a la realidad lo ponen en situación de superviviente, enfrentándose a doctores malévolos, enfermeras sexi-sádicas y hospitales del infierno.

Preocupados por Donald, sus padres sugieren una terapia con un tanatólogo, el Dr. Adrian King, dedicado al estudio de la muerte en los seres humanos y otros seres vivos. Confían que esta terapia pueda ayudarle a superar el miedo a la muerte.

Entre el doctor y Donlad se irá entablando una relación de amistad ya que además comparten la afición por las artes plásticas. Entre ambos se irán reconciliando sus miedos. 

La terapia del Dr. Adrián King se basa en que Donald ocupe al máximo el tiempo que le queda, que aproveche cada instante y su talento hasta el último minuto y que disfrute de sus amigos, de su familia y del amor. Por eso, cuando s encuentra con Shelly, todo cambia y muestra una felicidad que  hasta entonces no había conocido.

Es una película sensata y acertada. Habla de la muerte y de la vida con naturalidad, igual que de la fantasía que surge de la mente del adolescente superhéroe.

La película “Muerte de un superhéroe” mezcla imagen real y animación para poner de manifiesto la importancia de las pequeñas cosas de la vida, la dificultad de encontrar fuerzas para seguir hacia delante y resaltar la compleja relación a la que se enfrenta el adolescente con la muerte.