Last Child
Choi Moo-Seong, Kim Yeo-Jin, Seong Yu-Bin
Last Child narra la cotidianidad de un matrimonio joven, Sungcheol y Misook quiénes regentan una empresa de decoración-interiorismo en una ciudad satélite de Seúl. Su existencia está marcada por la reciente tragedia de su hijo Eunchan, quién murió ahogado en el río mientras intentaba salvar la vida de un compañero suyo, KiHyun.
Un día, Sungcheol presencia cómo KiHyun es acosado por un grupo de adolescentes del instituto y valora que debe ayudarlo, ya que fue quién su hijo salvó. Sungcheol toma a KiHyun bajo su custodia y le preparara e instruye para acceder a la licencia de artesano decorador y le da trabajo en su empresa.
Poco a poco la relación entre ellos se hace más cercana hasta que KiHyun decide contar la verdad de lo que ocurrió realmente en el accidente.
El duelo frente al perdón
La vida de los hijos, en especial de los adolescentes tiene sus propios códigos que a menudo son ajenos a los de sus padres.
La historia nos plantea las distintas maneras de hacer frente al dolor frente al luto. Por un lado el film nos muestra la angustia de los padres afligidos, por el otro la ansiedad de un adolescente que no puede vivir con la culpa.
Last Child es un drama familiar en el que tanto los padres, como el chico "adoptado" se enfrentan a una sinfonía emocional en la que la necesidad se contrapone a la curiosidad, la frustración a la ira, el amor frente al odio. Ante todo, es un torbellino de sentimientos en los que la conciencia de los personajes se pone a prueba.
El duelo impregna toda la película, pero el peso recae en la culpa que hierbe en la conciencia de los adolescentes implicados en el accidente que acabó con la vida de uno de sus compañeros.
Los adultos quieren pasar página y se aferran al argumento de la visión oficial. Los padres de Eunchan buscan la verdad tras la confesión de KiHyun. La sociedad no siempre reconoce está preparada para ofrecer el acompañamiento necesario a la intensidad del sufrimiento que caracteriza la tragedia de perder a un hijo.
Una sinfonía emocional que les irá pelando el corazón, como si quitásemos las capas de una cebolla, hasta aceptar que sólo existe la curación cuando se asume la verdad sincera. La verdad que pone los cimientos para renovar el agrio dolor de la culpa.
La película pues enfrenta el dolor de la pérdida a la culpa, pero a través de una invitación al perdón incondicional. Recomendada para las personas que son empáticas con el dolor ajeno y valoren el cine asiático.