La boca abierta
Nathalie Baye, Hubert Deschamps, Monique Mélinand, Philippe Léotard, Henri Saulquin, Alain Grestau, Anna Gayane, Mireille Laurenchet, Corinne Derel, Marie·Blanche Dehaux
La boca abierta (The mouth agape, en su título en inglés) es una película que narra la agonía de una mujer, Monique, de cincuenta años aquejada de cáncer terminal, a través de la perspectiva de un hijo y un marido promiscuos.
Una mirada a la soledad del proceso de morir desde la perspectiva de quién lo vive. Contada desde la cotidianidad de los que simplemente aguardan el final del proceso. "Se acabó", exclama el padre a su hijo que simplemente está en la casa porqué las convenciones lo mandan.
La película contrasta la promiscuidad de los dos protagonistas, casados, pero ajenos al verdadero amor, con la soledad del proceso de morir de la madre ajena al trasiego cotidiano de su familia.
No es una película que tenga un argumento complejo ni mucho menos. Simplemente, a través de cada escena, sin embellecimientos, y sin sentimentalismos, de forma cruda, nos adentramos en esta visión de que la enfermedad terminal es una simple espera en la más exasperante soledad.
Una espera depresiva y exasperante, de impotencia por quiénes la viven y a veces casi interminable. Es en el proceso de morir cuando la presencia de la muerte invita a recuerdos y reevaluaciones que a menudo son desagradables o amargamente decepcionantes.
La boca abierta es una metáfora sobre lo que acontece y no podemos percibir cuando la vida languidece, en este caso, Monique se ha convertido en el centro de atención de su marido, y su hijo que mientras la cuidan siguen atendiendo sus deseos sexuales fuera de sus matrimonios. No hay una continuidad cronológica, tan sólo dramática sobre el avance lógico e imparable del tiempo que se agota.
El tiempo siempre nos está matando
Su director, Maurice Pialat ofrece una película de redención que se inspira de forma personalísima en su vivencia de los últimos años de vida de su madre, enferma de cáncer. Para la cinta contó con un reparto de lujo, aunque la película es realmente dura.
La boca abierta fue una de las películas menos taquillera de Pialat. Y sin embargo, a día de hoy se considera una de las mejores. Pialat nos muestra que el tiempo siempre nos está matando, sin importar lo que uno haga o cuán saludable la persona esté, sin importar si se siente triste o feliz.
La fotografía de Néstor Almendros resalta la fuerza dramática de un argumento simple, pero amargo y sin esperanzas gracias a unos planos sin aderezos. La lenta agonía de Monique se convierte en un cáncer mortal que también carcome al padre y el hijo sumidos en la dependencia de la droga del sexo.
Al espectador no le gusta que le recuerden su mortalidad, ni siquiera en formato poético. Pialat lo hace de forma austera, sin humor y de forma prosaica. Este es el gran mérito de una narración simple, pero altamente expresiva. Film inédito en España hasta la llegada de la distribución digital.