El viejo y piadoso maestro Dayanand está convencido que le quedan pocos días así que quiere retirarse a los aposentos de su amada Madre Ganges, el río sagrado río de los hinduistas. Su hijo, Rajid, tiene sus más y sus menos con su padre, además vive para el trabajo con lo cual que este le pida que le acompañe a Varanasi supone una inesperada situación no exenta de carga emotiva.

Dayanand, está convencido de que va a morir pronto y quiere que su hijo Rajiv le lleve a Varanasi para morir allí. El hijo acompaña al padre para ayudarle y no dejarle solo en ese trance, pero en realidad lo que van a compartir al hijo le ayudará a recuperar valores esenciales que por su estresante trabajo había perdido. 

El Hotel Salvación es una posada dedicada a acoger a quienes van a fallecer. Dayanand solo tiene quince días para permanecer en ese lugar antes de alcanzar la salvación, pero el hotel tiene una norma: después de quince días tienen que marcharse para que lleguen nuevos clientes. A medida que pasan los días, no parece que el momento vaya a llegar.

Hotel Salvación es una película que nos muestra la visión de la muerte para los hindúes. Para ellos esta no es más que un trámite necesario para abrirse a una nueva vida tras el tránsito por la Tierra.

En este tránsito, el rio Ganges representa el lugar de purificación para emprender este viaje. Varanasi es la ciudad por excelencia para los hindúes donde encontrar la muerte y donde se queman los cuerpos para quienes pueden pagarlo.

Adentrarse en la visión de la muerte hinduista

Hotel Salvación es una película tranquila, para contemplar, celebrar y enriquecer nuestra limitada percepción de las cosas, una reflexión sobre la vida y la muerte; que nos pone frente a las renuncias que tenemos que lograr aceptar, de cómo nos afecta a nuestro día a día y qué tenemos que hacer para llegar a ese estado de comprensión y tolerancia.

El joven director Shubhashish Bhutiani (1991), ya ha cosechado una gran red de seguidores y ha recogido premios por todo el mundo. En esta película se observa su maestría con un uso inteligente de descarados gags visuales y un humor atrevido e irónico.

Una película con un lenguaje propio en el cual subyace una obsesión serena que impregna toda la cinta: la paradoja de celebrar la Vida al borde de la muerte. Ese equilibrio y esa armonía son constantes en una película que sabe combinar drama con comedia, resignación con esperanza y sobretodo muerte con vida.