Empieza el baile es la historia de la pareja más famosa y reconocida de la época bailando tangos. Lo hicieron por toda Argentina, pero también en Nueva York donde triunfaron. El tiempo pasó, el se fue a Madrid, disfrutando de una segunda oportunidad como actor televisivo. Ella vive en Buenos Aires, inmersa en la pobre­za y el olvido.

Su amigo Pichuquito, mánager de la pareja en el pasado, los unirá de nuevo en un viaje a Mendoza, al pie de los Andes, para que reluzcan los secretos de un pasado que quedó inconcluso. El tango nunca los abandonó y esta es la metáfora de la película en la que el último tango se apunta sólo en el espacio que ocuparon mientras bailaban.

El tiempo ha pasado, como ocurre justamente en los tangos, la muerte de uno de ellos será la excusa para congregarlos. Pero, la muerte no se puede certificar si no hay cadáver. Así que lo que viene a continuación es la treta para atraer de nuevo al argentino que se fue a Madrid.

A partir de esta encerrona, los tres se enrolarán en una vieja furgoneta Volskwagen T1 que será el escenario donde sin interrupciones irán saliendo los secretos irresueltos, los reproches, pero también el amor que hubo entre los tres. Una camioneta en la que permanecen todos los recuerdos que atesoraron durante su época gloriosa que se perdió en el tiempo.

El recorrido está permeado por la muerte y los amores negados y secretos. Las aventuras en el camino a través de las carreteras y caminos polvorientos de la provincia de Rosario, la vieja furgoneta de los Magos 2x4 surcará paisajes humanos y geográficos que van variando desde la aridez casi desértica hasta el esplendor del paisaje andino más pristino.

La muerte es tan solo un evento

El camino tiene los requiebros suficientes como para aclarar algunos asuntos, pero esta road movie  nos lleva de camino por el envejecimiento y la necesidad de poner en orden los asuntos inconclusos en la vida de los protagonistas.

Los tres artistas son unos adorables viejos perdedores que, a pesar de su éxito de juventud, no supieron gestionar su amor por la vida: "el amor nunca se les dio bien". El viaje en la camioneta es la oportunidad que se da la vida para cerrar una amistad truncada. La muerte sorprenderá a uno de ellos durante el viaje y eso les obliga a permanecer unidos,  también para  honrar la vida del amigo perdido.

Margarita es la más incrédula del grupo, ella dice que la gente no cambia, solo se llena de arrugas y huele peor con los años. Esto es lo que Carlos refleja, sigue siendo un hombre amargado que seguramente se ha quedado en que todo tiempo pasado fue mejor.

El verdadero corazón entre la pareja de tango es Pichuquito, el inseparable mánager de antaño quién juega como cómplice, pero con sus propios motivos escondidos.

La película conmueve y también perturba porque traslada al público el paso del tiempo, y a la vez, la idea de que lo esencial permanece. Como en la vida, a veces nos reímos cuando puede que no toque reír, y sin trivializar el paso del tiempo, el espectador asume la rendición ante lo inevitable, asumiendo en cierto modo que es mejor quizá entregarse y sonreír ante la terca presencia y la mueca del destino.

La cinta es entretenida, con un guion bien trabajado, con escenas graciosas, un buen número de paisajes y personajes de la Argentina recóndita. Del país en crisis con antaño lujosos hoteles hoy acartonados por el paso del tiempo, al igual que sus gentes y sus protagonistas que con el acompañamiento de orquesta, de canciones con letras y mensajes inconfesables se sinceran.