Armugán, el último acabador
Íñigo Martínez Sagastizábal, Gonzalo Cunill, Diego Gurpegui, Núria Lloansi, Nuria Prims
Armugán: el último acabador es pura poesía y magia, un film imprescindible para abordar cualquier debate sobre la muerte ya que como dice Anchel: "Hay dos cosas que no se pueden mirar sin pestañear: el Sol y la Muerte."
En un remoto valle del Pirineo aragonés, un hombre menudo y discapacitado, pero lleno de vitalidad, Armugán, aferrado al cuerpo de su cuidador, Anchel, es un acabador: un hombre que ayuda a morir.
No mata, ni es un asesino, tan sólo posee una ancestral sabiduría que le permite ayudar a desprenderse del mayor de los sufrimientos: el miedo a morir.
El final de la vida en blanco sobre negro
Este es un film, rodado en blanco y negro, realizado con tanto amor, que es difícil trasladar mejor que sus productores su excepcional reflexión sobre su obra. De ahí que queramos reproducir la esencia de su planteamiento fílmico.
Las notas de producción argumentan que "durante varias décadas, ocultar la muerte ha tenido que ver con la promoción de un estado de permanente optimismo, adecuado a la atmósfera de consumo y confianza que sostiene la economía y la lógica capitalista.
La naturaleza, sin embargo, siempre termina imponiéndose. Un virus microscópico puede poner en evidencia toda la narrativa construida para hacernos olvidar la fragilidad de los cuerpos y la transitoriedad de la existencia".
"Armugán es un poema visual sobre ese último viaje que no siempre llega en el momento esperado, ni bajo una lógica que permita contemplarlo como un proceso “natural”. Por ello, naturaleza y espíritu se han querido fundir en un relato de pocas palabras, cargado de gestos y relaciones entre seres pensantes y bestias.
Hemos producido símbolos y metáforas en lugar de discursos cerrados. La vida germinada tras el cristal alimentada por el hálito humano, rocas inertes marcadas por señales inequívocas de un pasado remoto, el territorio invisible que envuelve aquello que llamamos “vida”, para hablar de la muerte. Ese diálogo secreto es donde palpita el corazón de Armugán. Donde brota su esencia. "
Sobre la bioética expresada por la producción
"De este modo, ‘Armugán’ no persigue una verdad unidireccional. La confrontación silenciosa entre los personajes de Armugán y Anchel muestra formas distintas de contemplar la vida, ya sea como un ciclo en permanente transformación o una realidad inscrita en la temporalidad de un cuerpo y una identidad personal.
Efectivamente existe una dimensión que traspasa los límites de la ciencia en este debate. Es precisamente el territorio que confronta el personaje de Armugán la posición aterialista de Anchel.
Para Armugán, el oficio de acabador cristaliza “en ese instante en que el amor vence a la muerte”, mientras que para Anchel “la muerte es la cura para la vida, para una vida convertida en una condena". La tensión entre esas dos posiciones es la que proyecta y da sentido a esta película.
El film pretende superar el actual punto de partida: “la eutanasia para unos pocos”. Eso es lo que he tratado de sugerir en el guion de ‘Armugán’, aún al precio de violentar la poética de un film que podría haberse limitado a plantear lo accesible, en lugar de perturbar su propia lírica y precipitarse hacia dolorosos territorios de difícil trasiego."