Portada de Vivir con nuestros muertos

Vivir con nuestros muertos

Título original
Vivre avec nos morts: Petit traité de consolation (2021)
Autoría
Delphine Horvilleur
Editorial
Libros del Asteroide (en castellano). Columna edicions (en catalán)
Fecha de publicación
2022 (Mayo)
Idioma
Castellano. Existe una versión en catalán de la editorial COLUMNA Edicions
Coordinación y corrección
Traducción: Regina López Muñoz
Impresión
Rústica con solapas; tamaño 20 x 12,5 cm con 200 páginas (264 páginas en la versión en catalán)
Público
Sinopsis

Vivir con nuestros muertos (Viure amb els nostres morts, versión en lengua catalana de Mercè Ubach) es un libro singular tanto en su contenido como en lo que lo envuelve. La autora, es una de las pocas mujeres que ejerce de rabina en Francia.

Tanto la versión en castellano como en catalán llegan a nuestra país tras haber vendido más de 200.000 ejemplares en el país vecino.

Es un libro de relatos, historias que nos permiten atenuar el miedo a la muerte. La autora reconoce que "es consustancial a la humanidad creer que puede mantener la muerte a raya, crear barreras y relatos, maquinar para que se aleje, o convencerse de que una serie de rituales o palabras le confieren tal poder".

Así que en el primer relato Azrael, nos sitúa en una de las funciones de rabina en el rito hebreo, que es celebrar el funeral. Cuenta que en ·"en la tradición judía, un millar de relatos aseguran que la muerte puede perseguirte, pero que existen formas de mandarla a paseo y lograr darle esquinazo. Muchas leyendas la encarnan con los rasgos de un ángel que visita nuestras casas y deambula por nuestras ciudades.

Este personaje posee incluso un nombre, Azrael, el ángel de la muerte. De él se cuenta que ronda, espada en mano, a quienes acude a castigar. Se trata de cuentos supersticiosos que sin embargo dan lugar a prácticas de lo más originales; por ejemplo, en muchas familias judías, cuando alguien enferma se le  atribuye otro nombre de pila. Se altera su identidad para inducir a error a la criatura sobrenatural que tuviera la mala idea de ir a buscarlo."

En su opinión, su cometido fundamental es transformar la muerte en una lección de vida para los que se quedan, es decir, «acompañar a mujeres y a hombres que en un momento crucial de sus vidas necesitan narraciones».

El tapiz de este tratado de consuelo se teje con tres hilos: la evocación de la vida interrumpida, la interpretación de los textos sagrados y las tradiciones funerarias y la rememoración de ciertos episodios de la vida de la autora.

A través de todos estos relatos que entrelazan a vivos y muertos para que la vida y la muerte se den la mano que es la única forma en que la historia puede continuar. En todos los relatos, la muerte es sólo como una aparición, mientras que la vida es el verdadero milagro.

Desde el rito judío

Aunque la sensibilidad con la que nos acerca a la visión de la vida y la muerte es la de la religión judía, se transpira una comprensión que va más allá de los textos sagrados de una determinada creencia.

El fallecimiento y el duelo son parte de la existencia de la autora encargada de recitar como rabina el kadish, la oración final hebrea. Pero estas realidades son comunes a la condición humana.

Vivir con nuestros muertos es una invitación a escuchar lo que sentimos, antes, durante o después del duelo y, a creer, en eso que los otros que ya no están nos dejan como para poder construirnos.

En cierta manera este libro podría verse como un substituto de aquellas figuras que nos ayudaban a convivir con lo que nos atormentaba y que en la sociedad moderna, sólo aparece cuando la muerte aparece, y mientras actuamos como si no existiera.

Cada vez menos gente muere en casa, como para proteger a los vivos de una morbosidad que no tiene cabida en el espacio doméstico. Y en este espacio de soledad la muerte es casi anecdótica, como los muertos enumerados a diario en los telenoticias.

Y luego la pandemia nos trajo los entierros a puerta cerrada donde se cuentan los presentes con los dedos de una mano, donde se les niega a los deudos un abrazo o un apretón de manos. "Hemos tenido que vivirlo y convencernos de que ya meditaríamos sobre ello más tarde", reconoce la autora.

Vivir con nuestros muertos es un libro que se aleja de los dogmatismos y se dirige a personas, con independencia de cual sea su creencia. No es un libro para hacer adeptos sino para compartir estas historias universales que unen la vida y la muerte como una única realidad inalienable.

Índice del libro

Azrael: La vida y la muerte de la mano
Elsa: En la casa de los vivos...
Marc: La vestimenta de los retornados
Sarah y Sarah: El cesto de las generaciones
Marceline y Simonie: El día del Juicio
EL hermano de Isaac: Caer en la pregunta
Ariane: Casi yo
Myriam: El mundo que está por venir
Moisés: El hombre que no quería morir
Israel: Bendito el que revive a los muertos...
Edgar: ¿Soy yo acaso el guarda de mi tío?

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