Te vi marchar
Te vi marchar. Cómo Thoreau, Emerson y James confrontaron el duelo tras la pérdida de sus seres queridos y así cambiaron el rumbo de la filosofía y la psicología modernas es un libro sobre cómo Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau y William James sobrellevaron sus grandes pérdidas.
En este ensayo, por tanto, los lectores se sitúan frente a los sujetos de Robert. Nos encontramos junto a Emerson en París cuando visita las enormes colecciones botánicas del Jardin des Plantes y se percata de que «los límites de lo posible se expanden»; con Thoreau cuando mira hacia los campos de Concord y descubre que ya no está triste «porque esas flores o aquellas hierbas vayan a marchitarse, pues su muerte es la ley de una nueva vida»; con William James cuando escribe en su diario que «la tragedia habita necesariamente en nuestro corazón, acudamos por tanto a su encuentro, cultivémosla en nuestro beneficio».
El tiempo, como se suele decir, es el mejor remedio —puede que el único— para una pérdida realmente dolorosa. Pero ¿cuánto tiempo? Robert contabilizólos periodos de meses o años que tardaron cada uno de sus sujetos de estudio en volver a la mesa de trabajo. Eso sin duda es un dato que puede ser de interés para el doliente.
Este libro es una reflexión sobre el modo en que estos tres pensadores hoy ya clásicos adoptaron sus ideas. Y da la casualidad de que la muerte tuvo un papel importante en todos ellos… y en su pensamiento. Emerson, Thoreau y James eran jóvenes cuando perdieron, respectivamente, a su esposa y a su hijo, a su hermano y a su adorada prima.
La muerte habita en el corazón de cada uno de nosotros
Los tres protagonistas de esta biografía documental estaban en los albores de su carrera, apenas eran conscientes de lo que llegaría a ser el trabajo de su vida y la influencia que seguirían teniendo hoy en las nuestras.
Aunque la pérdida era común en la mayoría de los jóvenes del siglo XIX, una dura realidad a la que muchos se vieron obligados a adaptarse —Emerson también perdió a su padre y a un hermano mayor a los ocho años, y a una hermana pequeña tres años después—, estas muertes concretas, al mezclarse con las incipientes esperanzas en el futuro que albergaban nuestros protagonistas y frustrarlas, resultaron tan demoledoras como catárticas.
Para Emerson y Thoreau, la naturaleza pone de manifiesto que «todo proceso de deterioro es un proceso vital». Para James, el filósofo de la voluntad, el entendimiento fue aún más profundo: «La muerte habita en el corazón de cada uno de nosotros», escribió, de modo que nos permite reunir los «recursos» de nuestro interior para mantener «un espíritu auténtico y valeroso».
Estas nociones, adquiridas en el duelo, inspiraron la filosofía que por entonces todos ellos comenzaban a explorar y que desarrollaron en sus escritos a partir del momento en que se recuperaron.
El autor nos dice que «sus ejemplos de resiliencia se cuentan como sólidas contribuciones a la vida moderna», lo que se refiere a dos realidades: que a partir de sus ejemplos podemos aprender a encontrar nuestro camino y que lo que nos ofrecieron para avanzar en la visión de la muerte se convirtió en parte de la filosofía contemporánea.
Indice
Prólogo
Prefacio
Parte I. Ralph Waldo Emerson
1. Construir un mundo propio
2. Seré naturalista
3. La gallardía del corazón privado
4. El mundo verde
5. La regeneración mediante la naturaleza
Parte II
Henry David Thoreau
1. La copa que el padre me ha dado
2. Esperaba librarme de esta
3. Por todas partes, la profundidad es insondable
4. Solo la naturaleza tiene derecho al lamento perpetuo
5. La muerte es la ley de la nueva vida
6. Mi amigo es mi verdadero hermano
7. Emerson encarga una reseña
8. Nuestros propios límites transgredidos
Parte III. William James
1. La muerte de Minny Temple
2. Minny y Henry
3. Minny y William
4. Del pánico y la desesperanza a la aceptación del libre albedrío
5. La resistencia autogestionada del yo frente al mundo
Epílogo