Viviendo y sabiendo que se está vivo
Alain Cavalier, Emmanuèle Bernheim
Emmanuèle Bernheim y Alain Cavalier están unidos por treinta años de amistad. Cavalier está preparando una película basada en el libro autobiográfico de su amiga y novelista de Tout s'est bien passé (Todo salió bien) publicada en 2013, y finalmente llevada al cine en 2020 con el mismo título
En este relato Emmanuèle Bernheim narra el viaje a Suiza donde su padre, de 89 años y hemipléjico, se someterá a la eutanasia..
Cavalier le propone que desempeñe su propio papel y que él sea su padre. Sin embargo, una mañana de invierno, Emmanuèle llama a Alain y le comenta que es necesario retrasar el rodaje hasta la primavera, ya que entra en el quirófano de urgencia.
Algunos podrán decir que es una película realmente rica sobre la vejez, la muerte y la aceptación de la propia muerte. Pero lo más extraño, sin duda, sigue siendo el hecho de filmar el libro de Emmanuèle donde ella cuenta el suicidio asistido de su padre paralizado, con una frase absolutamente desgarradora: "todo salió bien", como reza el título del libro de Emmanuèle .
Être vivant et le savoir (Living and Knowing You’re Alive en su título en inglés) es un documental que desconcertará a más de uno por su lentitud, y porqué en las imágenes literalmente se filman textos y objetos cotidianos y sorprendentes durante buena parte de la película. Un repertorio de monólogos meditabundos sobre la vida, el tiempo y la muerte.
Con su cámara al hombro, el cineasta consigue plasmar con intensidad, simplicidad, humor y con gran inocencia, un nuevo capítulo de su vida en forma de diario íntimo, compuesto por un mosaico de escenas fragmentadas que siguen un mismo hilo conductor,
En cierto modo es una película terrible ya que el espectador sabe que un día estará del lado de Cavalier para ver morir a sus amigos recordando los momentos que estaba al lado de su amiga Emmanuèle mientras está muriendo.
La singularidad del director
Las palabras que Cavalier va poniendo a la secuencia de imágenes son también una íntima reflexión sobre la propia mortalidad,
Es una película sobre el proyecto que no pudo ser. El director reconoce que quería hacer una película con su amiga Emmanuèle Bernheim cuando cayó capturada por el cáncer mortal. Así que su proyecto se convierte en el relato del proyecto a modo de reflexión personal.
Cavalier nos permite vislumbrar modestamente el coraje y la elegancia de Emmanuèle Bernheim, cuya actitud hacia la enfermedad exige admiración.
Sin embargo, su película no sólo abarca esta dramática situación sino que la enmarca en un movimiento más amplio que concierne a su propia relación con la muerte, la de los demás y la suya.
Al ser testigo de la desaparición de una amistad de treinta años, mucho más joven que él, Cavalier se pregunta sobre los efectos y el lugar de la muerte en los vivos, sobre su aceptación en más allá del reto ontológico que representa.
Cavalier resume sucintamente sus sentimientos ante la muerte: "morir me está molestando". Su película es un intento de responder a estos momentos de sufrimiento y de ansiedad ante el pensamiento de su propia muerte.
A veces graba lo que escribe (y claramente es casi ilegible) o filma las pequeñas cosas, detalles que parecen casi invisibles, de aquellos que nunca se muestran en el cine.
Más allá de lo que se percibe en cada escena, uno aprecia que es una experiencia cinematográfica desgarradora e inquietante por cómo se sucede.
Es la película sobre alguien que está muriendo, mientras el otro ve frustrar un proyecto en común. Una metáfora de aquello que la vida nos pone enfrente, más allá de los deseos y destino.
Emmanuel Bernheim, murió el 10 de mayo de 2017, y Cavalier el verano de 2018 tomó todos los materiales recopilados para dirigir Être vivant et le savoir,