En el momento de la muerte las células humanas emiten un haz de luz ultradébil, conocido como biofotón. Pero, todos los organismos vivos tienen esta capacidad de la emisión espontánea de esta luz celular.
Muchas tradiciones espirituales hablan de que somos seres de luz. Ahora estamos empezando a comprender la relación entre la luz y nuestra biología, y los biofotones son una prueba de ello.
Para comprender la muerte es imprescindible también adentrarse en las entrañas de la vida. La luz de los biofotones es una de estas inmersiones necesarias para sumergirse en la esencia de la vida.
En los últimos lustros son numerosos los investigadores que han aportado pruebas de nuestra naturaleza lumínica. El más reciente ha sido Alfred Fritz Popp y equipo. Hoy sabemos que la fotobiología en términos médicos está siendo muy útil incluso para comprender algunas enfermedades y curarlas.
La emisión espontánea de fotones ultra débiles por parte de organismos vivos, denominada emisión de biofotones, es un fenómeno que se puede observar en diferentes organismos.Todos los organismos, incluidas las plantas, constantemente producen emisiones de luz ultra débil como parte de sus actividades celulares vitales.
La luz del fotón es tan débil que debe observarse con aparatos especiales como el fotomultiplicador. La baja intensidad de la luz del biofotón de una célula sería comparable a querer observar la llama de una vela a una distancia de 20 km (Bischof).
Las células vivas emiten pues luz ultra débil coherente en el espectro visible cuyo propósito es la regulación de los mecanismos intra y extracelulares. Con estas emisiones cromáticas, las células alcanzan la homeóstasis.
La emisión celular de biofotones se caracteriza por ser luz coherente similar a la de un láser y probablemente transporta información holográfica. (1)
Los cristales microscópicamente pequeños de calcita e (hidroxi) apatita situados en la glándula pineal podrían desempeñar un papel en la generación de ondas escalares a partir de la parte ultravioleta del campo biofotónico.
La emisión biológica de fotones (biofotones) es el término utilizado para describir esta emisión ultra debil permanente (1-100 fotones /seg/cm2) de fotones coherentes (bloqueados en fase y/o bloqueados en frecuencia) de los sistemas vivos como lo identificó Fritz Alfred Popp en 1976.
Los biofotones son emisiones ultra débiles de luz irradiadas por las células de todos los seres vivos. Las plantas, los animales y los seres humanos emitimos de cientos hasta mil fotones por segundo por centímetro cuadrado y en un espectro casi continuo dentro del rango óptico de al menos 200-800 nanómetros. (2)
Los fotones se describen de forma precisa y legítima como ondas y partículas al mismo tiempo y se ha observado que en el momento de la muerte celular esta emisión de luz en forma de biofotones es más intensa.
La emisión de fotones ultra débiles podría ser asimilada a energía liberada en forma de luz a través de los cambios en el metabolismo energético. En la imagen se observan algunos cambios en un ser humano a lo largo del día.
La secuencia de imágenes permite visualizar las emisiones de biofotones a través de la piel obtenidas con una cámara de dispositivo de carga acoplada criogénica (CCD).
La emisión de biofotones está relacionado con el metabolismo celular y juega un papel importante en la comunicación celular ya que la luz es el lenguaje de las células.
Según el libro Recent Advances in Biophoton Research and Its Applications de Fritz Albert Popp y Qiao Gu, la muerte está asociada con la dinámica del equilibrio térmico, lo que significa que la vida se termina cuando no es posible obtener más energía dentro del organismo y que todos los potenciales y gradientes se nivelan.
De hecho, según F.A.Popp, las células almacenan fotones provinientes de la luz solar y de los alimentos (que contienen luz). Curiosamente, cuando la vida cesa, esta se manifiesta en forma de una particular emisión luminosa.
Se ha observado que en el momento de la muerte celular hay un aumento de luz en forma de un incremento de biofotones, en una una cantidad de cientos de veces mayor que cómo lo hace normalmente. Este aumento podría relacionarse con la interrupción de las fuerzas que mantienen vivo a un organismo.
Las enzimas celulares pueden desempeñar un papel clave en la emitancia de biofotones, ya que los fotones pueden producirse cuando una reacción catalizada vuelve a un estado de menor energía, similar a la producción de fosforescencia en otros organismos como sucede en la luciérnaga.
En una interpretación basada en qué haya una similitud entre el microcosmos y el macrocosmos, la explosión de luz de la muerte celular podría compararse a la muerte de las estrellas para convertirse en súpernovas.
Siguiendo con la analogía se podría especular que los biofotones emitidos antes de la muerte celular podría ser una forma de liberar información para facilitar la descomposición orgánica, como lo es la explosión estelar para la estrella convertida en súpernova que luego se desintegrará en el vació cósmico.
La emisión coherente de biofotones está relacionada con los procesos de transferencia de energía e información en los organismos biológicos, y se ha relacionado con la función del ADN y con la regulación de los genes.
La emisión de biofotones / fotones ultra débiles se origina en la relajación de estados excitados electrónicamente de los constituyentes de las células vivas. Estos estados excitados se asocian con la presencia de un metabolismo oxidativo que acompaña a la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) que participan en la regulación de un amplio espectro. de funciones bioquímicas y fisiológicas.
La emisión de biofotones / fotones ultra débiles refleja el estado fisiopatológico con respecto a la producción de energía mitocondrial (ATP) y la susceptibilidad al estrés oxidativo que se deriva de la producción excesiva de ROS o la falta de actividad para la protección antioxidante.
Debido al alto grado de coherencia de los biofotones (elevado grado de orden), estos son comparables a una luz “láser” biológica, la cual es capaz de generar y mantener el orden y también de transmitir información en el organismo.
La emisión de fotones ultra débiles (UPE) o emisión de biofotones (BPE) se refiere al fenómeno de emisión constante y espontáneo de luz de todos los sistemas biológicos, incluidos los humanos, debido a las actividades metabólicas.
Hoy sabemos que incluso hay una relación entre los biofotones y las enfermedades, así como una correlación directa con los alimentos que tomamos, pues estos también emiten luz (3) (4).
Esto ocurre en la parte visible y ultravioleta del espectro electromagnético a intensidades ultra bajas, del orden de 10-16 - 10-18 W/cm2.
El Dr. Fritz Albert Popp (1938 -), diplomado en Física Experimental (Universidad de Würzburg), es una de las autoridades científicas en el campo de los biofotones. En 1996, el Dr. Popp fundó el Instituto Internacional de Biofísica de Kaiserslautern en Neuss, Alemania.
Fritz-Albert Popp formula en 1974 la teoría del biofotón y con el término biofotones se refiere a los fotones coherentes emitidos por organismos biológicos. Los ocho libros de Popp y más de 150 artículos en revistas científicas avalan la calidad de sus investigaciones al respecto.
Según Fritz-Albert Popp, el ADN recoge fotones y los emite de forma coherente (cómo si de luz láser se tratara) como producto de las interacciones entre ondas electromagnéticas y oscilaciones de base mecánica, entre fotones y fonones en el esqueleto molecular del ADN.
Según estos investigadores podría afirmarse que el ADN funciona como un diapasón que vibra en resonancia en un campo de ondas electromagnéticas a modo de fenómeno sinérgico cooperativo. Estas emisiones biofotónicas de luz ultra débil podrían ser claves para comprender la enfermedad y la salud
Popp considera que se trata de un fenómeno biológico cuántico con carácter bioinformativo, distinto de la emisión no coherente de fotones como subproductos del metabolismo, como la radiación térmica y la bioluminiscencia / quimioluminiscencia provocada por reacciones radicales, oxidación, etc.
Desde que Fritz-Albert Popp descubrió que las células vivas emiten luz (biofotones), este no pudo imaginar la revolución que propiciaba en los campos de la biología y la física.
Sus investigaciones han sido un acicate para estimular el interés por el diagnóstico biofotónico, los, biocampos el biomagnetismo.
A día de hoy, la visión de la teoría de los biofotones de Popp y la física cuántica, facilitan la comprensión de prácticas espirituales como el budismo Vajrayana, de fenómenos enigmáticos del llamado "cuerpo de Luz" difundido por la tradición tibetana o incluso de disponer de una interpretación moderna del concepto de la tradición china del Qi.
En definitiva, las investigaciones sobre los biofotones constatan la afirmación de Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955): “No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual. Somos seres espirituales teniendo una experiencia humana."
En el ámbito de la biología las primeras observaciones de la naturaleza energética de las células se deben al biofísico ruso Alexander L. Chizhevsky (1987-1964) – conocido por ser el fundador de la heliobiología– quien entre 1919 i 1930 estudió los efectos de la ionización del aire sobre la vida y en especial sobre la salud y el comportamiento humano..
Las investigaciones de los efectos de las radiaciones electromagnéticas sobre los seres vivos alcanzan un primer hito remarcable con Alexander Gurwitsch (1874–1954). Es en la década de 1920, cuando el profesor Alexander Gurwitsch describió por primera vez la luz en la parte azul-verde y ultravioleta del espectro emitida por brotes de cebolla que tenían la capacidad de inducir mitosis en otros brotes.
Los llamó rayos mitogénicos y su investigación fue completada en las décadas de 1960 y 1970 por Wlail Kasnatschejew y su equipo.
Estos tenían matraces que contenían cultivos celulares que estaban dañados por la radiación o estaban enfermos. Colocaron dos muestras, una de matraces de cultivos sanos y enfermos separados por un vidrio de cuarzo y otro de cultivos sanos y enfermos separados por un vidrio convencional.
El vidrio de cuarzo permite la transmisión de luz ultravioleta con lo cual las células sanas se enfermaron, lo que no ocurrió cuando las muestras estaban separadas por vidrio normal. Su conclusión fue que las células se transmiten información a través de la luz ultravioleta.
Posteriormente, los biosfísicos italianos Laura Colli y Ugo Facchinii, entre 1954-1955, en la Universidad de Milán, mientras estaban verificando los descubrimientos de Gurwitsch con una nueva tecnología, constataron que los brotes de diversas plantas emiten luz visible.
Sus conclusiones resultaban demoledoras ya que la emisión de luz que observaron no era de la gama del ultravioleta como se había dicho anteriormente, sino que se situaba en el espectro visible entre el verde y el rojo, pero mucho más débil (1x 10-17). Tras publicar esta verificación, sin embargo, abandonaron las investigaciones iniciadas.
Así que la llamada "radiación celular ultra débil o de baja intensidad" o también radiación mitogenética, que se corresponde al concepto de biofotón en boga hoy en día, se debe a los trabajos del biofísico australiano Terence Ivan Quickenden (1939-2005) a finales del 1960 investigando la bioluminiscencia.
Las investigaciones del biofísico alemán Fritz-Albert Popp (1938-) y colaboradores parten de los trabajos de Gurwitsch. F. A. Popp contó con el ayudante recién graduado de física, Bernard Ruth, quién construyó el primer fotómetro de capatación de alta sensibilidad que consta de tubos fotomultiplicadores muy sensibles.
Con este aparato pudieron comenzar a mapear la luz o los biofotones emitidos por los sistemas vivos. La sensibilidad del aparato fue bastante exquisita; aproximadamente 10-17 vatios por emanación
Gurwitsch es el descubridor de la interacción no química en los sistemas biológicos (efecto mitogenético) y es el primer científico que trabajó en biofotónica.
Pero F. A. Popp puso las bases científicas para formular que la vida contiene una energía vital intrínseca que se visualiza en forma de radiación electromagnética (luz) y que esta puede ser captada y medida.
Este artículo se inspira en el libro Biologie de la lumière - Bases scientifiques du rayonnement cellulaire ultra-faible (1999) de Alfred Fritz Popp publicado por Resurgence.
Y también en el artículo Are humans really beings of light?