La guerra de los cementerios aporta apuntes sobre una parte de la historia de España a partir del boicot de la Iglesia para impedir el entierro de personas fallecidas de otras creencias en los cementerios católicos. Una realidad que todavía a día de hoy tiene sus sombras.
La tanatopraxia es una práctica inadmisible por razones de salubridad pública e indigna para un cadáver. Sustituir los líquidos corporales naturales por productos químicos de alta toxicidad para el entorno y para los tanatopractores es un atentado ecológico.