El duelo surge cuando el individuo debe afrontar una pérdida, pero su prolongación en el tiempo tiene su raíz en un problema social. Nuestra sociedad nos saca la muerte de nuestras vidas. Así que perdemos las formas colectivas de manejar el duelo por lo que se reduce a un problema individual.

El impacto ambiental en los funerales es todavía una realidad poco estudiada y no se le presta la necesaria atención en plena crisis socioecológica y climática. A partir de los datos del sector funerario hemos estimado la huella ecológica de lo fúnebre en España.

El Gobierno español debería actuar para reducir el impacto de los funerales, una asignatura pendiente no cursada desde hace décadas. Hay que cambiar la actual legislación funeraria, apoyar los ataúdes de cartón y aprobar nuevos tratamientos post mortem.

Hoy disponemos de tratamientos post mortem de menor huella de carbono. En algunos países hay autorizados sistemas funerarios más ecológicos, como el entierro verde, el compostaje humano o la biocremación (hidrólisis alcalina). Deberían autorizarse también en España.

La carga tóxica en los difuntos muestra la preocupante realidad de la contaminación de los tejidos humanos por tóxicos químicos que persisten en el cadáver. Algunos productos fúnebres podrían ayudar a la biorremediación en el tratamiento post mortem.

La abeja, en algunas manifestaciones artísticas y tradiciones culturales, se considera símbolo del alma de los hombres y se visualiza como imagen de la supervivencia del alma después de la muerte.

El océano, el mar, ha sido y es fuente de inspiración cuando dejamos nuestro cuerpo físico. Recopilamos tres testimonios de seres humanos que o bien han fallecido en el mar o su recuerdo flota sobre sus olas.

Es necesario impulsar una nuevo paradigma filosófico en el que la muerte y el morir forme parte de nuestra existencia; muere el cuerpo pero no la conciencia del Ser que somos. Nos adentramos en el mapa universal de lo que es el arte de morir.

El tejo es el árbol de la Vida y la Muerte, es una de les especies más longevas en Europa. Es un árbol siempre verde de porte y altura discreta, un árbol venerado por los druidas íberos y también los celtas.

Cuando hablamos de duelo ecológico, estamos hablando de una ruptura total de esta conexión con la Tierra, y las implicaciones a largo plazo de eso son similares al duelo. Y uno de sus efectos para la psique humana es precisamente la angustia ambiental.