cartel El aceite de la vida

El aceite de la vida

Título original
Lorenzo's Oil
País
Estados Unidos
Fecha de edición
1992
Duración
130 min
Género
Drama, enfermedad
Dirección
George Miller
Reparto

Nick Nolte, Susan Sarandon, Peter Ustinov, Zack O'Malley Greenburg, Ann Hearn, James Rebhorn, Laura Linney, Kathleen Wilhoite, Gerry Bamman, Maduka Steady, Margo Martindale, Paul Lazar, LaTanya Richardson, Colin Ward, Michael O'Neill

Fotografia
Marcus D'Arcy, Richard Francis-Bruce
Música
David Bergeaud
Montaje
John Seale
Producción
Universal Pictures
Estreno en España
1993 (Marzo)
Público
Sinopsis

Es una conmovedora película, basada en hechos reales que llega directamente al corazón. Esta es la historia de un niño, Lorenzo, que tras unos primeros años felices en África cuando sus padres se trasladan a Estados Unidos observan diferentes trastornos en su hijo.

El diagnóstico finalmente es letal, el niño padece una grave enfermedad: la adrenoleucodistrofia (ALD), enfermedad de origen metabólico, evolución imparable y desenlace inevitable, que ataca al sistema nervioso central, destruyendo sistemáticamente su capa protectora de mielina.

Los padres, Augusto y Micaela Odone, él economista y ella lingüista, intentarán a partir de este momento buscar soluciones y para ello viendo el cartesianismo médico deciden investigar sobre la enfermedad.

Mientras su padre se centra en las soluciones, su madre lo hace en la atención y dar los mejores cuidados posibles para el niño y no rendirse nunca. Ante la posibilidad de la muerte temprana de su hijo el matrimonio se entregará a evitarla.

Desafiando a la medicina convencional

La ciencia médica actual se basa en protocolos contrastados de forma inequívoca. Sin embargo, no es menos cierto que hay una buena cantidad de enfermedades que descolocan a la ciencia médica.

Algunas de ellas son el resultado de efectos ambientales, de procesos autoinmunológicos desconocidos.

La ciencia médica se nutre de la industria farmacológica y esta fundamenta la sociedad de la enfermedad causa efecto en la que estamos sumidos y que no entiende de procesos holísticos ni mucho menos de orígenes no convencionales.

A destacar la forma de narrar el trabajo de investigación realizado por Augusto Odone, el padre del muchacho, para mostrarnos con metáforas sencillas la complejidad de esta enfermedad metabólica.

Una enfermedad rara y a la vez desconocida, pero relacionado con el metabolismo de las grasas. Gracias a su comprensión de este y el papel del ácido oleico y el ácido erúcico participan en la cadena bioquímica encontrará una opción.

Lo cierto es que el método de los Odone resulta ser algo mejor que el de la medicina tradicional. Entonces aparece la lucha de otras familias para que el conocimiento y la puesta en práctica del método de los Odone pueda extenderse.

Muchas personas con enfermedades llamadas raras luchan a su manera con métodos alternativos a la medicina convencional alopática. Es raro que un filme se adentre en este tema espinoso de criticar un estamento intocable, sin embargo, lo hace.

Alegato a favor de la investigación con consciencia

El Aceite de la Vida no se esconde de ser una crítica del establishment médico atrapado en sus protocolos y burocracia, de investigaciones sin suficientes datos. Por eso nos muestra que el especialista que apoya a los padres lo hace  a "título personal", con el objetivo de no ver alterado su reconocimiento académico e investigativo.

Más allá de una historia de unos padres que se desviven en la lentísima agonía de su hijo, El Aceite de la Vida es también la historia de unos padres con consciencia.

Estos se implican con apasionamiento en el conocimiento de las causas del ALD, la enfermedad desconocida y degenerativa que amenaza a su hijo.

La película narra su impulso a la investigación médica. Más allá de una historia "conmovedora" que apela al corazón es, también y sobre todo, una película que apela a la inteligencia del espectador.

Una película que se enfrenta a una de las cuestiones clave de los nuevos tiempos: el poder de la "sociedad científica".

El filme nos muestra en síntesis la lucha entre dos aproximaciones a una enfermedad letal y cómo mientras una encuentra un camino de atenuación, la otra lo intenta impedir, incluso con una ONG como barrera más en apoyo de la ortodoxia clínica.

Es pues una crítica a que a veces unos aficionados pueden poner en jaque y cuestionar la terapia oficial.

Basada en un caso real

Esta película basada en un caso real ilustra con detalles como esta investigación de los padres tras meses de estudio y basada en la inhibición competitiva de los enzimas que participan en el metabolismo aunque no cura frena el avance y presenta resultados espectaculares.

Cómo sucede a menudo, dado que se basa en la ingestión de aceites domésticos (de oliva, soja y colza) y son baratos, no interesa a la industria farmacológica.

Es una película sensata, bien narrada y sin edulcorantes de ningún tipo. La destacamos porque muestra de modo inequívoco la grandeza del espíritu humano luchando contra la adversidad.

Personajes marcados por  el coraje por conseguir aquello que parecía imposible a la vez que humildes para reconocer que lo importante no son los resultados sino lo que el camino recorrido nos permite obtener.

En los años posteriores a la película, se ha determinado que el aceite de Lorenzo puede prevenir la aparición de la enfermedad en portadores genéticos de ALD, pero en aquellos que ya muestran síntomas, solo puede retardar la progresión pero no detener la enfermedad.

El verdadero protagonista de esta historia real, Lorenzo Odone, murió en mayo de 2008 a la edad de 30 años, después de haber vivido dos décadas más de lo que originalmente predijeron los médicos.

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