Frente al duelo, a veces hay que simplemente dejarse llevar por el poder de colorear mandalas, un maravilloso instrumento para ser utilizado en momentos difíciles de la vida, como un duelo. Un momento de transformación y la reacomodación que requiere de una atención especial.

El genial actor Charles Chaplin dijo´: “La vida es una obra de teatro que no permite ensayo. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos”.

Procesar el duelo

El duelo es el conjunto de respuestas físicas, mentales, emocionales y sociales que se tienen ante una pérdida significativa.

Cada persona es única e irrepetibl por lo que, podemos esperar una amplísima gama de reacciones durante un duelo normal.

Aunque la pérdida de un ser querido es un acontecimiento que no puede escogerse, la elaboración del duelo es un proceso activo de afrontamiento lleno de posibilidades.

La ira, rabia, tristeza, sensación de abandono, miedos, culpas, incertidumbres, soledad y enfado, son solo algunos de los sentimientos que pueden presentarse en quienes viven un duelo.

Propiciar su expresión servirá de terapia catártica para reconocerlos y liberarlos de manera sana y erradicar el dolor que acompaña los procesos de duelo.

Una de estas posibilidades para sanar el dolor del duelo es explorar las propias sensaciones a partir de una actividad manual, creativa, artística.

Una de las más fáciles y efectivas es el colorear mandalas.

Los mandalas

La palabra mandala procede del sánscrito clásico y significa círculo. Se le traduce de diferentes maneras, las más comunes: Círculo Sagrado, recipiente de esencias, totalidad, el absoluto, protector, sagrado, talismán.

Los mandalas son  para el mundo hinduista y budista  la representación pictórica del viaje vital tal como la concebimos, del cosmos, de la eternidad o el propio ser humano y su estado psicológico.

Un mandala es básicamente un diagrama de forma circular, usualmente decorado con imágenes de diferentes formas y colores que varían dependiendo del origen cultural de quién los crea.

Como imagen está compuesto por un centro y una periferia e intenta abarcar el todo, “Es sin dudas, un símbolo de la totalidad”.

Es en el Tíbet donde este arte florece con más fuerza, debido a su rica atmósfera espiritual, y es por ello que allí encontramos la mayor cantidad y variedad de mandalas.


Presente en otras culturas

Sin embargo, estas representaciones no son exclusivas de las culturas orientales. Por ejemplo, las culturas de los indios de América del Norte, específicamente los Navajos, utilizan los mandalas de arena de colores para sus rituales de sanación.

También podemos encontrar delicados patrones de mandalas en el arte Islámico, la antigua cultura Celta, en la arquitectura Cristiana y las antiguas civilizaciones Aztecas e Incas.

El término “Mandala” llega a Occidente por primera vez gracias al psicólogo y psiquiatra suizo Carl G. Jung. Este observó que sus pacientes realizaban dibujos de mandalas espontáneamente, aun cuando, desconocieran este arte.

Jung sostenía que los mandalas representaban el mundo y la totalidad de la mente, incluyendo el consciente y el subconsciente.


Características de los mandalas

A pesar de que cada mandala es diferente en su diseño y color, mantienen las siguientes características comunes:

  • Poseen un centro y una periferia, que suele estar fijada sobre los cuatro puntos cardinales, mostrando un orden circular con un centro definido.
  • En su composición utilizan figuras geométricas, generalmente círculos, pero también otras figuras como rombos, rectángulos, cuadrados, óvalos, etc. También suelen representar elementos de la naturaleza, tales como flores, animales, estrellas, agua, fuego etc.; y elementos creados por el hombre tales como la campana, la cruz, la balanza, la flecha etc.
  • En su forma suelen guardar una cierta simetría, la que los hace fácilmente identificables.


Ventajas de colorear mandalas

Al igual que la escritura, el dibujar o pintar nos permite expresar los sentimientos, es una técnica muy útil. Los expertos identifican cuatro ventajas del uso del dibujo o el coloreado de mandalas en el trabajo personal sobre el duelo:

1) ayuda a facilitar los sentimientos;
2) identifica conflictos de los que la persona puede no ser consciente;
3) aumenta la consciencia de lo que la persona ha perdido, y
4) permite identificar en qué punto del proceso del duelo se encuentra la persona.

Los beneficios de los mandalas
Colorear mandalas es una acción manual en la que los pensamientos se liberan, la mente se despeja y logramos conectarnos con nuestro corazón.

Colorear mandalas es una acción manual en la que los pensamientos se liberan, la mente se despeja y logramos conectarnos con nuestro corazón.

Esta actividad nos transporta hacia nuestro mundo interior facilitando la calma interior, la quietud y el silencio de las ruidosas preocupaciones de nuestra mente.

En los últimos años, los mandalas están siendo utilizados por la medicina como una herramienta alternativa de sanación.

La resolución de un conflicto de tipo psicológico se logra cuando se reconoce, y a continuación se toma conciencia de sus aspectos más recónditos y dolorosos.

Sin embargo, en  ocasiones, es suficientemente doloroso para poder comunicar los sentimientos con palabras. Es  entonces cuando una actividad manual como es colorear mandalas se convierte en una herramienta que se ha probado con éxito: la terapia del arte.

El trabajo con los mandalas

Cada mandala debe ser elaborado desde un inicio con una intención específica, que será determinada por el practicante.

Bien sea ahondar en el dolor, liberar tristezas, sentir la paz, etc., esta intención se debe tener presente antes de comenzar con la actividad.

Por tanto, lo primero es organizar los pensamientos alrededor de la intención a tratar.

Antes de iniciar, es importante elegir el modelo que más le atraiga o inspire a la persona que lo va a realizar, además de seleccionar los materiales a utilizar (lápices de colores, acuarelas, etc.).


Como una meditación

Al igual que en la meditación y en la creación del mandala, el ambiente tranquilo, quizás acompañado de suave música de fondo, o algún aroma que genere calma es fundamental.

Hay que comenzar a colorear los mandalas sin pensar mucho cual debe ser el color adecuado a utilizar.

La selección de los colores debe ser instintiva. Luego que se comienza la obra, un color invita a otro y así irán surgiendo naturalmente la creación.

También se pueden seleccionar los colores adrede, pero es mejor dejarse llevar por lo intuitivo en la selección de estos.

Ya lista para comenzar, la persona colorea el diseño del mandala elegido, rellenando los diferentes elementos que lo componen.

Es importante ir utilizando los colores que de manera intuitiva se van seleccionando, no importa que sean los colores preferidos o no, si combinan o no.

Cuando se ha terminado de colorear el mandala, se recomienda observarlo, sentir su energía y si la persona lo decide así, puede utilizarlo para meditar.

No existe una “forma correcta” o una “forma incorrecta” de crear un mandala.

Observar el movimiento

Desde el momento que iniciamos colorear un mandala cada movimiento es importante. Por donde empezamos, que sentido toma, sentido horario o antihorario.

Observar desde dónde se comenzó a trabajar con el mandala es importante. Muchas de las personas que colorean mandalas coinciden en que si se comienza desde el centro

Una persona que trabaja su duelo de adentro hacia afuera, el mandala le ayuda a sacar o a soltar alguna emoción o pensamiento que se tiene en el interior y que con la mente en el mandala facilita que sea exteriorizada.

Por el contrario, si se comienza desde afuera hacia adentro se está inyectando energía al interior, lo que representa la inclusión de lo externo hacia el mundo interior lo cual ayuda a acercarse al propio centro.

Cada color, cada forma y cada elemento utilizados nos van dando información vital en la búsqueda del significado del mandala que se ha creado o coloreado.

Sobre el significado de cada color hay algunas interpretaciones como las que aporta la cromoterpaia. Y sobre las figuras o formas también hay expertos en interpretar lo que expresa cada persona.

Los mandalas, una terapia del arte
Portada del cuaderno publicado por Ediciones Obelisco con una selección de mandalas para colorear pensados para afrontar el duelo.

Los mandalas son una herramienta sagrada, perfecta para calmar el sufrimiento, transmutar nuestra tristeza y despejar la mente, a la vez que nos permiten conectarnos con nuestro corazón.

Esta es su grandeza y a la vez su simplicidad,  ya que basta un trozo de papel con el mandala dibujado y disponer de los colores para crearlo.

Los mandalas son una herramienta que nos permite entrar en un proceso de meditación en acción, con el fin de aquietar nuestra mente y escuchar verdaderamente nuestro corazón. Son una fuente infinita de sanación y armonización, que permite transmutar las emociones.


Para todos los públicos

El trabajo de colorear mandalas es útil con niños, adolescentes y adulto. No hay  limitación alguna y que no requiere conocimientos o habilidades específicas.

Este arte, se convierte en un instrumento accesible a cualquier persona. Además que cada persona puede ir perfeccionando la técnica a medida que va avanzando en el proceso.

En cualquier caso el uso de terapia con mandalas se plantea como complemento a las demás técnicas establecidas para abordar la situación.

Coloear mandalas es una ayuda que permite a la persona drenar sus emociones, centrarse, tranquilizarse, conocerse a sí misma, y a desarrollar la paciencia. Todas estas cualidades son esenciales en el proceso del duelo.

Hay muchos mandalas en la red a disposición para colorear (1), (2), pero hay un cuaderno específico para adentrarse en el proceso del duelo: Mandalas para acompañar... el duelo.

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