La cremación es una de las técnicas mortuorias para deshacerse de un cadáver difunto. La falta de transparencia sobre el impacto ambiental de las emisiones de los hornos crematorios es absoluta.

Las emisiones tóxicas que alteran la calidad del aire podrían reducirse utilizando féretros fabricados sin materiales sintéticos como los ataúdes de cartón con acolchados de tejidos naturales y sin embalsamar el cadáver.

El incremento de la cremación como técnica de tratamiento del cuerpo difunto se ha disparado en los últimos años por todo el planeta. Los datos de  The Cremation Society así lo atestiguan.

La regulación de las emisiones

Una de las cuestiones relacionadas con este tipo de instalación es la contribución de la cremación a las emisiones nacionales totales. Los expertos aseguran que es relativamente insignificante su contribución a la contaminación (es decir, menos del 1% de las emisiones nacionales de cualquier contaminante).

De todos modos, esta mínima contribución de los crematorios a las emisiones nacionales, puede no ser despreciable en el ámbito local.

Especialmente crítico puede ser en metales pesados (HM) o incluso en mercurio (1), ya que cada vez hay más instalaciones de este tipo (en España, datos del 2021, hay 487 instalaciones para cremación con una sobrecapacidad de incineración de más del 300 % y es el país con más hornos de Europa).

Existen hornos crematorios de bajo consumo, eficientes y adaptados a las normas ambientales, pero la mayoría de los construidos en España operan sin control de emisiones a la atmósfera.

El número de estudios sobre los riesgos potenciales derivados de las emisiones de un crematorio son pocos, e incluso inexistentes en muchas regiones europeas; en España tampoco los hay.

Algunos de los gases que se desprenden de los crematorios, tales como el dióxido de nitrógeno (NO2), el monóxido de carbono (CO), el dióxido de azufre (SO2) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos, no se evalúan habitualmente.

Recomendaciones para reducir las emisiones

Para la reducción de emisiones, algunos organismos como la Comisión de Helsinki - Protección del Medio Marino del Báltico Comisión (Helcom) han hecho recomendaciones o incluso existen  manuales de operación como el elaborado por el Department for Environment, Food and Rural Affairs (DEFRA) del Reino Unido. Este organismo también reguló que a partir de finales del 2012, los hornos crematorios redujeran en un 50 % las emisiones de mercurio (2).

También existe el  “Borrador de las directrices sobre MTD y MPA conforme al Articulo 5 y el Anexo C del Convenio de Estocolmo sobre los contaminantes organicos persistentes”  elaborado por la Secretaría del Convenio de Estocolmo sobre los contaminantes orgánicos persistentes que incluye medidas sobre los crematorios funerarios (Categoría de fuentes (g) de la Parte III: Crematorios).

La legislación europea es muy exigente con las instalaciones de combustión y las medidas de protección de la calidad del aire. Las instalaciones de cremación funeraria están incluidas entre ellas, pero son pocas las que están adaptadas para cumplir con las regulaciones sobre emisiones tóxicas a la atmósfera basadas en la normativa europea (3).

Las emisiones de un crematorio
Esquema del horno crematorio MERKUR de la empresa Kalfrisa, desarrollado para satisfacer las necesidades de los núcleos de población reducida (2-3 cremaciones al día). http://www.kalfrisa.com/hornocrematoriomerkur.aspx

Las principales emisiones de los crematorios en la Unión Europea son óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, dióxido de azufre, partículas, mercurio, compuestos orgánicos volátiles no metanoides (COVNM), otros metales pesados ​​y algunos componentes orgánicos persistentes (COP).

Las tasas de emisión dependen del diseño del crematorio, la temperatura de combustión, el tiempo de retención del gas en la cámara secundaria, el diseño del conducto, la temperatura del conducto y otros dispositivos de control del horno.

El dióxido de carbono resultante en la combustión de cada cremación libera alrededor de unos 400 kilos de CO2 a la atmósfera (dato basado en el cálculo de 0,4 kg de CO2 x kWh). De todas estas, sólo 27 kg de CO2 corresponden al cadáver (4). A nivel global las emisiones de dióxido de carbono, se evalúan en el 0,02 % del global (4a).

Las partículas inorgánicas tales como polvo, hollín, cenizas y otras partículas no quemadas se originan en el contenedor de cremación junto con los restos humanos y otros contenidos del contenedor.

Las partículas orgánicas a base de carbono deben eliminarse en la cámara de combustión secundaria y mediante un ajuste y funcionamiento adecuados del equipo de cremación.

El monóxido de carbono resulta de la combustión incompleta del féretro y los restos humanos, del tipo de combustible y de otros elementos relacionados como la composición de las fibras textiles del féretro. Este gas puede minimizarse mediante el ajuste durante la operación dependiendo de los equipos de cremación.

El dióxido de azufre se produce a partir de la combustión de los combustibles fósiles, de la madera de los féretros y el contenido del mismo. El contenido de azufre del gas natural y los restos humanos es bajo, pero otros combustibles como el gasóleo pueden contener una porción significativa de azufre.

Los óxidos de nitrógeno se forman mediante procesos de combustión a alta temperatura a través de la reacción del nitrógeno en el aire con el oxígeno. Las emisiones de óxido de nitrógeno de los crematorios son bajas y no son motivo de gran preocupación. El control de los óxidos de nitrógeno se puede lograr a través del control de temperatura y del diseño del quemador.

Los gases tóxicos del crematorio
Los factores de emisión presentados en esta table incluyen la combustión del féretro con el cuerpo y el combustible del horno empleado, propano para los factores de emisión USEPA y gas natural para los de EMEP / EEE.

Las emisiones de mercurio se originan en los ortodoncias dentales que pueden contener de 5 a 10 gramos de mercurio, según la cantidad y los tipos utilizados.

El impacto ambiental de este elemento emitido desde los crematorios ha sido estudiado con creces (5a) (5b) (5c). Desde 1999 en la mayor parte de los empastes dentales ya no se emplea mercurio y son a base de materiales orgánicos. 

Los metales pesados, excepto el mercurio, pueden eliminarse mediante dispositivos de control de partículas. El mercurio puede eliminarse mediante el uso de sal de selenio en la cámara de cremación o agregando carbón activado a los dispositivos de control de partículas.

Los COVNM (compuestos orgánicos volátiles no metanoides) se producen a partir de la combustión incompleta o ineficiente de hidrocarburos contenidos en los combustibles, de los tejidos del difunto y de los acolchados y barnices del ataúd. Los COVNM se reducen mediante el uso adecuado y el ajuste del crematorio, pero sobretodo evitando quemar materiales con elementos no naturales.

Las dioxinas y los furanos son el resultado de la combustión de celulosa de madera, plásticos clorados y varían según el rango de temperatura. Las dioxinas y los furanos pueden reducirse mediante la reducción de los plásticos clorados y empleando  temperaturas y tiempos de residencia suficientemente altos en la cámara de combustión secundaria.

Reducción de contaminantes

La mayoría de los contaminantes, excepto los metales pesados, pueden minimizarse mediante el funcionamiento adecuado del crematorio junto con la temperatura adecuada y el tiempo de residencia en la cámara de combustión secundaria.

La formación de dioxinas y furanos puede minimizarse mediante un buen diseño del circuito de los gases de combustión, reduciendo la deposición de partículas y evitando la franja de temperatura en las que se forman las dioxinas y furanos (de 200 a 450 ºC). Se sabe que las dioxinas y los furanos son el 0,2% de los gases emitidos en una cremación.

Las emisiones también pueden reducirse a mínimos mediante el uso féretros ecologicos con maderas naturales, barnices al agua y con acolchados textiles de algodón. Las maderas con aglomerados y barnices brillantes orgánicos habría que evitarlos..

La contaminación de un crematorio comparada con un automóvil privado que cumpla los estándares de anticontaminación Euro 4 de 2005  según 98/69/CE y 2002/80/CE, es la misma que un vehículo que realice un promedio de 15.000 km en un año. 

En este caso, si imaginásemos que todos los los crematorios estuvieran equipados de acuerdo con los estándares de protección de la calidad del aire exigidos por la UE, la suma de las emisiones a la atmósfera de un sólo horno crematorio equivaldría:

  • a la contaminación de 132 automóviles en términos de NOx,
  • de 5 automóviles en términos de CO (monóxido de carbono) y
  • de un auto en términos de partículas. (6)

La cantidad de emisiones para un crematorio de acuerdo con estos datos podría ser bajao sí estuvieran dotados de sistemas de descontaminación.

Lamentablemente, la mayoría de los crematorios construidos no disponen de equipos de filtración adaptados a la normativa europea.

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