El llamado cementerio verde (Green Burial) o también cementerio natural (Natural Burial) es un espacio en el medio rural o en una finca forestal donde se practica una inhumación ambientalmente responsable.

Directamente en el suelo, el cuerpo del fallecido se puede descomponer en la tierra con naturalidad y de este modo sus componentes orgánicos se conviertan en fertilidad y alimentan así nueva vida en la naturaleza que los acoge.

Otro cementerio es posible
Imagen promocional del Green Burial Council de Estados Unidos.

Un cementerio natural o verde se implanta en propiedades naturales o rurales de personas que se comprometen a conservar el entorno cuando convierten su finca en un espacio memorial. 

Posteriormente, la idea se ha implantado de forma exitosa en otros países anglosajones. En todos ellos hay entidades que controlan la calidad de estos equipamientos. En Canadá es el Green Burial Society of Canada y en Estados Unidos, el Green Burial Council in the United States.

El cementerio verde se concibe pues como una área memorial pero en la que la naturaleza toma una especial significación. Por este motivo, en este tipo de cementerios naturales no hay símbolos funerarios o estos son mínimos pues se potencian los aspectos ecológicos y paisajísticos del lugar.

La aparición de los espacios calificados de cementerios verdes ha ido acompañada de una potente conciencia ambiental colectiva. La razón de su aparición en los países de cultura cristiana protestante es porqué el concepto de la muerte es más liviano. 

Los cementerios verdes han sido a su vez un impulso clave para los funerales ecológicos con productos específicos que no dañan al entorno natural.

Anualmente el Natural Death Center organiza un certamen sobre las iniciativas ecológicas más destacables en el ámbito funerario.

En un cementerio natural o verde (un bosque, un espacio rural) las personas que quieren ser enterradas en él son las que buscan minimizar su impacto en el entorno local y global. No les importa tanto que la familia pueda tener una tumba personalizada sino un recuerdo vivencial.

En el cementerio verde se practica una ceremonia funeraria ambientalmente responsable y, por tanto, con productos funerarios ecológicos que faciliten la descomposición natural  para que los restos mortales se conviertan en fertilidad para el suelo que los acoge.

Estos cementerios existen desde los inicios de la década de los noventa de forma legal en los países anglosajones (Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia).

A mediados de la segunda década del siglo XXI, aunque tímidamente, empiezan a implantarse fuera de estos países, como en Holanda, o incluso en Francia donde hay ya varias iniciativas como el cementerio de Niort y de Ivry-sur-Seine en París, entre otras.

Imagen de un entierro en un cementerio natural holandés.
Cinco principios básicos del cementerio natural o verde

En todo cementerio natural o verde se cumplen cinco principios básicos que conforman la filosofía de este tipo de instalaciones funerarias:

1. Prohibido embalsamar con formaldehído y otras sustancias químicas.  Cuando se entierra sin formaldehído u otros productos conservantes, el cuerpo se descompondrá naturalmente, cumpliendo el precepto intemporal de "tierra a la tierra".

Si hay necesidad de reparar ciertos rasgos particulares en el cuerpo debe ser con productos naturales. Se puede preparar un rostro sin vida con lociones y ceras no lesivas para el medio ambiente y ofrecer a la vez una visión digna si así lo desean los familiares.

2. Inhumar en la tierra desnuda. Los restos mortales se colocan dentro de un féretro de materiales biodegradables (cartón, fibras vegetales, etc.) envuelto con un sudario tejido con fibras naturales biodegradables y luego se entierran directamente en la fosa cavada en el suelo a poca profundidad.

Alrededor y encima la fosa sólo hay tierra natural y no se coloca encima de la misma ningún ornamento no degradable, tampoco lápidas de piedra.

El cementerio natural está concebido como un lugar para recordar a los difuntos disueltos en la naturaleza, lejos del almacén de despojos humanos en tumbas de cemento. Es por tanto en su entorno natural que recordamos la memoria del ser querido.

3. Restaurar y conservar el entorno.  A los pocos meses de haber completado un entierro verde, la superficie de cada tumba se restaura con plantas autóctonas locales. El cementerio natural tiene la consideración de lugar sagrado o memorial por la naturaleza que acoge.

Los cementerios verdes disponen de una red de senderos para caminar y de algún banco ocasional, ubicado de manera óptima en el conjunto del lugar memorial.

El operador del cementerio verde para el entierro verde se compromete a que el sitio nunca será reutilizado para otros fines y el ecosistema natural será protegido, a perpetuidad.

El estatuto de protección del medio natural de un cementerio verde es a su vez la mejor garantía para conservar los paisajes de nuestro entorno.

4. Honrar a la tierra. En un cementerio natural el recuerdo del difunto enterrado no lo atestigua una lápida sino la vivencia que han gozado los familiares al permitir que su ser querido honre a la tierra con sus despojos mortales.

En los entierros verdes la memoria del difunto queda impregnada en la belleza y la biodiversidad del cementerio natural.

La idea del cementerio natural es que la esencia del cuerpo del difunto se incorpora a la fertilidad y los ciclos naturales del lugar. El mejor tributo es dar vida (gracias al proceso de la descomposición del cuerpo) a la Vida

5. La tierra es de todos. El entierro en un cementerio verde exige una planificación de parte del gestor con el fin que siempre haya espacios en los que ya no quedan restos mortales.

Los gestores de un cementerio natural aseguran que se pueden organizar más entierros en una misma área que en un cementerio convencional con estructuras llenas de nichos o parcelaciones con tumbas de hormigón de propiedad o alquiladas por décadas.

En la gestión de un cementerio natural se maximiza la capacidad de entierro del sitio natural en aras a su función de retorno a la naturaleza. La tierra no es de un difunto concreto sino un espacio común compartido por aquellos que quieren honrar a la tierra con su cadáver.

Una opción cada vez más apreciada

El entierro verde es una realidad en constante crecimiento que refleja los valores de personas de todos los ámbitos de la vida. A finales del 2022, en el Reino Unido se contabilizaban más de 270 natural burial registrados. En Estados Unidos y Canadá son 81 cementerios verdes (green burial) y 290 cementerios convencionales que disponen de espacios de entierro natural.

De los más de 150.000 entierros que tienen lugar anualmente en el Reino Unido, alrededor de 12.000 (8% ) son entierros verdes en cementerio naturales. En el Reino Unido, según un estudio de opinión, un tercio de los encuestados expresó una preferencia por el entierro verde sobre otros tipos de disposición funeraria.

En la zona canadiense del Estado de Victoria (British Columbia), otra encuesta de consumidores realizada de 2013 mostró que el 42% de los encuestados expresaba una preferencia por los servicios de entierro ambientalmente sensibles.

El entierro verde o la inhumación directa en la tierra sólo es posible en los cementerios naturales. Lamentablemente, en nuestro país estamos lejos todavía de que haya tanto el marco legal como la conciencia colectiva para aceptar el entierro en un bosque o un espacio natural o rural.

En España, lo único que ha sido autorizado es un proyecto de bosque para cenizas, pero no para entierro natural directo en la tierra (1).

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